Apenas a los cinco minutos de arrancado el choque de trenes Italia-Inglaterra, viene un tira-tira inglés, en el contraremate de Glenn Johnson, el defensa del Liverpool, a bocajarro se cantaba ya como gol allá en la tribuna de los súbditos de la Reina Isabel, solo que olvidaron que bajo los postes italianos hay un tremendo celador, Gianluigi Buffon, el de la Juventus cuya experiencia, colmillo retorcido y tremendos reflejos le permite de un manotazo casi sin ver el balón, rebotar ese obús inglés y luego, con autoridad, abrirse paso en un mar de guerreros ingleses e italianos para hacerse del
Alfredo Domínguez Muro