Desde finales de la década de los ochenta y de manera más marcada después de la crisis de deuda de 1995, la prioridad de la política económica mexicana ha sido mantener la estabilidad macroeconómica.
México es reconocido a nivel global como uno de los países emergentes con mejores fundamentales macroeconómicos, entre los que destaca un déficit fiscal controlado y un nivel de deuda relativamente bajo.
Rodrigo Carbajal