El resultado depende de la gestión oportuna y un espíritu que busque comunicar la verdad y no un falso lucimiento personal.
Así sucede también en nuestra vida, las crisis representan una oportunidad de madurez y crecimiento, o pueden significar una espiral de mayor debacle si no se generan decisiones oportunas.
Veamos: en septiembre de 1985 la Ciudad de México fue sacudida por un terremoto que derrumbó edificios en el centro de la ciudad y sus zonas cercanas.
Darío Mendoza