La frágil tregua que existía entre los poderosos sindicatos argentinos y la presidencia de Mauricio Macri se ha roto.
El mandatario argentino ha logrado algo que apenas hace algunas semanas se veía como poco factible, que las tres mayores corrientes de la CGT decidan hacer un frente común, que será oficializado el próximo 22 de agosto y no se descarta un paro general.
Desde su nueva unidad, han endurecido el tono de su crítica a la administración de Macri, y proyectan convertirse en una oposición aún más férrea.