“No juzgues a un libro por su contraportada”, podría decir la adaptación de la frase popular.
Ver a alguien completamente de frente es mucho menos común de lo que podría pensarse, en comparación con las posibilidades que hay de ver personas –por primera vez– de espaldas.
Y el efecto de este fenómeno psicológico puede ser más relevante de lo que se esperaría.
Ana Paulina Valencia