La belleza te cuesta… hasta la vida

La belleza cuesta, pero ¿estás dispuesta a pagar ese precio con tu salud?

Leer las etiquetas de los cosméticos es muy parecido a abrir un libro en un idioma que desconoces. Al tomar la decisión sobre qué comprar, resulta mucho más sencillo guiarse por lo que dice el frente y basta con ver la descripción de sus resultados para elegir un producto u otro.

La belleza cuesta, pero ¿estás dispuesta a pagar ese precio con tu salud?

Leer las etiquetas de los cosméticos es muy parecido a abrir un libro en un idioma que desconoces. Al tomar la decisión sobre qué comprar, resulta mucho más sencillo guiarse por lo que dice el frente y basta con ver la descripción de sus resultados para elegir un producto u otro.

El maquillaje oculta más que las imperfecciones y términos como “orgánico”, “100% natural” o “no tóxico” son utilizados como parte de una estrategia de greenwashing, que manipula a los consumidores mediante el uso de expresiones que hacen que un producto parezca más inofensivo o amigable de lo que realmente es.

La realidad detrás de esas palabras es que, al existir pocas regulaciones al respecto, los productos pueden contener ingredientes que tienen consecuencias negativas cuando son absorbidos por la piel. 

Desde plomo hasta agentes cancerígenos y neurotóxicos, aprender qué es cada elemento puede ser la diferencia entre verte mejor o tener serios problemas de salud.

Aunque tengan poca cantidad de ingredientes tóxicos, el uso diario y prolongado de más de un producto provoca que se acumulen. 

Pero con GoodGuide, una guía sobre el contenido de los productos, podrás saber algo más allá que las etiquetas  de “tóxico” u “orgánico”.

Incluso podrás identificar qué producto utilizó animales durante su preparación o cuál es el que no sigue los lineamientos establecidos de calidad y protección.

¿Qué evitar?

Formaldehídos: Se asocian con irritación a los ojos y el tracto respiratorio, cáncer, daños al sistema inmunológico, alteraciones genéticas y asma. Por lo general se usan en el esmalte de uñas y el adhesivo de pestañas. 

Plomo: Es una neurotoxina, así que puede provocar daño cerebral y retrasos en el desarrollo. Se encuentra en pinturas para labios y en los tintes de cabello para hombres.

Mercurio: Lo contienen preservativos como el Thimerosol, que se usa en el rímel. Puede causar irritación en la piel, toxicidad y daño neurológico. 

Talco: Es un conocido agente cancerígeno y se le ha ligado al cáncer de ovario, además, si se inhala puede propiciar tumores en los pulmones. Lo usan en polvos, sombras para ojos, rubores y talco para bebé. 

Parabenos: Interrumpen la función endocrina e interfieren con el sistema reproductor masculino. Son usados como preservativos en cosméticos.

Fragancia: Hay una razón por la que no aclaran qué contiene el perfume. Puede tener elementos cancerígenos y tóxicos, además de provocar reacciones alérgicas, causar obesidad al interferir con el sistema endocrino y retrasar el desarrollo.

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