Hoy se promulgará urbi et orbi la añorada reforma energética que permitirá la participación de la iniciativa privada en la explotación de los recursos petroleros del país. 

Obviamente, la figura central del evento será el presidente Enrique Peña Nieto, que se presentará ante México y el mundo como el gran reformador del país.  

Sin embargo, a pesar de eso, y a diferencia de lo ocurrido en 1938, cuando el general Lázaro Cárdenas anunció la expropiación petrolera, no se esperan grandes manifestaciones populares de apoyo para aplaudir la reforma.  

Los que creen que la privatización de la explotación petrolera será la salvación económica de México, están tan equivocados como los que creen que si no exportamos un barril de petróleo, México no podría alcanzar una tasa alta y sostenida en el crecimiento económico.

Cuando México llegó a producir más de 4.5 millones  de barriles diarios de petróleo, José López Portillo dijo que teníamos que prepararnos para administrar la abundancia, pero terminamos mal administrando la pobreza. 

Tlajomulco de Zúñiga, uno de los municipios de México con mayor crecimiento poblacional en la última década, enfrenta protestas por vecinos que alarmados por los altos niveles de contaminación (principalmente arsénico) y el desabasto de agua, se dicen dispuestos a todo.

Pero pareciera que el problema todavía no ocupa del todo al gobierno de Tlajomulco, pues para ésta el agua contaminada con  altos niveles de arsénico es culpa de los habitantes que no lavan bien sus tinacos (véase Encuentran arsénico en agua de Jalisco). 

Nos reportan que si todo funciona como está previsto, esta noche el senador Ernesto Cordero anunciará su renuncia como precandidato a la presidencia de Acción Nacional. 

En el mismo evento que se celebrará en un lujoso restaurante al sur de la capital, el propio Cordero hará público su apoyo a favor de la causa del exgobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, porque supuestamente el guanajuatense tiene más simpatizantes en la militancia del PAN. 

Cantinflas preciado

Lo que ha producido una gran indignación es que si un blog publicado en Forbes incluyó en su lista de los más corruptos de México a Alejandra Sota y a Genaro García Luna, no haya incluido a Felipe Calderón. Dicen que no es justo. 

América para los americanos

Los recientes elogios de la prensa norteamericana a la reforma energética son mucho más elocuentes que lo que se atreven a decir la mayoría de los políticos mexicanos que la aprobaron.