México, la informalidad tiene efectos negativos para el crecimiento económico del país, ya que es menos eficiente que el sector formal.

La consultora McKinsey & Company muestra que la producción por empleado en México cayó de 18.3 dólares por hora en 1981 a 17.9 dólares por hora en el 2012. 

Esta caída en la productividad ha resultado en un menor crecimiento económico durante el mismo periodo.

Para alcanzar un objetivo de crecimiento del 3.5 por ciento, McKinsey estima que la productividad del país tendría que ser tres veces mayor a la actual.

En cualquier ciudad de México te encuentras con un tianguis que ocupa una calle o banqueta y en donde se puede comprar casi cualquier cosa.

Es difícil conocer a una persona que nunca haya comprado en alguna de estas tienditas. Y es fácil conocer a alguna que cuente con su propio changarro para mantener a su familia.

La abundancia de estos negocios son un síntoma de una de las más grandes enfermedades económicas que padece el país desde hace décadas: la informalidad.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ajustó sus proyecciones de crecimiento para México de 3.0 a 2.5 por ciento, debido la baja en el consumo y las exportaciones.

“En los primeros meses del año se ha observado un dinamismo menor al esperado. En particular del consumo y las exportaciones, lo que ha conducido a revisar a la baja el pronóstico de crecimiento para el año”, según el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2014 que divulgó ayer el organismo.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo su perspectiva de crecimiento para México desde 3 por ciento hasta 2.4 por ciento. 

El organismo argumentó en su último reporte económico global que la revisión a la baja del pronóstico se debe al retraso de la recuperación de Estados Unidos y a una baja en el sector de la construcción.

La estimación de crecimiento del FMI se ubica como el segundo pronóstico más bajo entre el consenso de analistas: Banco Mundial (2.3 por ciento), Secretaría de Hacienda (2.7), Banco de México (2.8).

China continúa expandiendo sus horizontes comerciales en América Latina. La gira del primer mandatario Xi Jinping a Latinoamérica se ha cristalizado en una serie de acuerdos oficiales con gobiernos de la región. 

Brasil se ha convertido en el principal destino de la inversión china en América Latina. Xi Jinping firmó más de 54 acuerdos bilaterales que incluyen principalmente el desarrollo de infraestructura, entre ellos, vías de tren, telecomunicaciones y  plantas hidroeléctricas.