Y llegó la traición contra Larrazabal

El domingo en la elección del nuevo Consejo del PAN de Nuevo León se consumó la traición en contra del exalcalde de Monterrey, Fernando Larrazabal, para desterrarlo de la cúpula panista.

Sus aliados históricos, el senador Raúl Gracia y el exalcalde nicolaíta Zeferino Salgado, con quienes conformó el triunvirato que controló en los últimos seis años al PAN, aprovecharon la Asamblea Estatal para  desligarse del polémico exedil regio.

El nombre de Larrazabal no se incluyó en las listas de candidatos al Consejo Estatal. 

César Cepeda César Cepeda Publicado el
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El domingo en la elección del nuevo Consejo del PAN de Nuevo León se consumó la traición en contra del exalcalde de Monterrey, Fernando Larrazabal, para desterrarlo de la cúpula panista.

Sus aliados históricos, el senador Raúl Gracia y el exalcalde nicolaíta Zeferino Salgado, con quienes conformó el triunvirato que controló en los últimos seis años al PAN, aprovecharon la Asamblea Estatal para  desligarse del polémico exedil regio.

El nombre de Larrazabal no se incluyó en las listas de candidatos al Consejo Estatal. 

Los panistas afines al senador Raúl Gracia y a Zeferino Salgado omitieron incluirlo en ellas.

El complot se consumó y el exalcalde de la capital regia quedó fuera del nuevo Consejo Estatal del PAN, sepultando así las posibilidades que le quedaban para disputar la candidatura albiazul a la gubernatura rumbo al 2015.

Larrazabal tampoco contó para esta elección con el apoyo del grupo de la División del Norte, encabezada por José Serrano e Iván Garza, nuevo frente en el panismo que colaboró para que la alcaldesa Margarita Arellanes encabezara la lista de los 60 nuevos consejeros albiazules.

Hace tres años, en la elección del Consejo Estatal, el hoy diputado federal lideró la lista de los 60 consejeros estatales de este órgano, siendo alcalde de Monterrey.

Pero este domingo Larrazabal apenas alcanzó 580 votos y su operador incondicional, Miguel Ángel García, exalcalde de San Nicolás, obtuvo 304 votos, quedando también fuera del órgano albiazul.

La lista de 36 consejeros que operó Fernando Larrazabal entre su red de panistas de Monterrey incluía, además de él y de Miguel Ángel García, a candidatos del grupo San Nicolás,  incondicionales de Raúl Gracia y seis panistas afines a la División del Norte.

Todos los candidatos incluidos en la lista de Larrazabal lograron su lugar en el Consejo, a excepción de él y de Miguel Ángel García.

Larrazabal confió en que Gracia y Salgado lo incluyeran por lealtad en sus respectivas listas, pero sus exaliados le dieron la espalda.

La alianza de Larrazabal con Raúl Gracia y Zeferino Salgado comenzó a darse en el 2005, cuando el entonces alcalde de San Nicolás hizo bloque con este dúo en la embestida contra la vieja cúpula y la dirigencia de Rebeca Clouthier.

La alianza de Gracia con el líder nicolaíta se remonta a su vez al 2003, cuando el PAN perdió la elección por la Gubernatura con Mauricio Fernández y comenzó el proyecto por la Alcaldía de San Nicolás, la cual Salgado  logró en el 2006.

Con sus diferencias, el pacto entre Gracia y Salgado ha perdurado, incluso desde la época en que ambos eran dirigentes juveniles en el año de 1997.

En el 2009, tanto Gracia como Salgado apoyaron a Larrazabal para la candidatura a la Gubernatura. 

Sin embargo, el CEN albiazul designó a Fernando Elizondo como abanderado y al actual legislador federal como candidato a la Alcaldía de Monterrey.

Larrazabal ganó la Presidencia Municipal regia y el proyecto 2015 por la Gubernatura iba conforme a lo planeado por el triunvirato, hasta que en septiembre del 2011 estalló el escándalo de los videos del casino Red, donde se involucraba al hermano de Fernando Larrazabal en actos de corrupción.

Fue entonces que la llamada Santísima Trinidad del PAN comenzó a dividirse, e incluso Zeferino Salgado, entonces director del Centro SCT de Nuevo León, advirtió de una posible ruptura con Larrazabal.

El domingo pasado este rompimiento se concretó en la Asamblea Estatal para elegir a los 60 consejeros y Larrazabal sintió que en la política no hay amigos, sino que sólo existen intereses.

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