El caso no es único en Estados Unidos. Un policía armado, un miembro de una minoría baleado y un video.
Ingredientes suficientes para causar controversia e indignación, pero no para enjuiciar a un informado.
Al menos así lo consideró un jurado del condado texano de Tarrant, quien decidió ayer eximir de cargos criminales a un agente de la policía de Grapevine, un suburbio de Dallas, que disparó y mató a un inmigrante mexicano desarmado tras una persecución el 20 de febrero pasado.
Indigo Staff