Restaurante ‘La Enramada’: Chef Jesús Leal

Hace 31 años, Dorina Galindo decidió abrir un restaurante  en Cadereyta Jiménez, junto con Jesús Leal, quien se encargó de la cocina. 

Ambos jimenences, abrieron las puertas de “La Enramada”, que en ese entonces era muy sencillo, se trataba de un local para 90 personas, con una parrilla. 

Se casaron y tienen dos hijas, las cuales se criaron literalmente dentro de “La Enramada”. Según la edad que tenían las niñas, siempre tenían un área para ellas. Desde un cunero hasta un área de juegos y columpios.

Hace 31 años, Dorina Galindo decidió abrir un restaurante  en Cadereyta Jiménez, junto con Jesús Leal, quien se encargó de la cocina. 

Ambos jimenences, abrieron las puertas de “La Enramada”, que en ese entonces era muy sencillo, se trataba de un local para 90 personas, con una parrilla. 

Se casaron y tienen dos hijas, las cuales se criaron literalmente dentro de “La Enramada”. Según la edad que tenían las niñas, siempre tenían un área para ellas. Desde un cunero hasta un área de juegos y columpios.

Ambos muy pendientes de su restaurante, pese a que han pasado 31 años, siguen al pie del cañón y solo lo dejan los lunes, que es el día que cierran el restaurante, pues es su día de descanso.

Claro que han abierto en contadas excepciones, por ejemplo, cuando cae el Día de las Madres en lunes. 

Este es un restaurante familiar en todo el sentido de la palabra, desde sus creadores hasta el tipo de clientela que reciben.

Desde hace ya varios años Tania, la mayor de sus hijas, trabaja duro junto con ellos.

Ella se encarga de los postres, la creación de nuevos platillos, así como de la imagen y publicidad del lugar. Jesús sigue de encargado de la cocina y también de la creación de nuevos platillos.

Dorina se encarga de la parte financiera, remodelaciones del restaurante y también de la parte de imagen.

Claro que a la hora del trabajo fuerte, todos le hacen de todo.

“La Enramada” es un restaurante regional pero actualizado,  se nota que hay platillos muy del gusto personal de los dueños, y que han sido bien aceptados por su clientela. En el menú podemos encontrar:

Guacamole con sus gorditas de manteca, la especialidad de la casa, sin duda las mejores gorditas que he probado, hechas al momento con manteca de res “hecha en casa”, esto hace toda la diferencia, ya que también hay calidades entre las mantecas.

También hay platillos como las tripitas de leche,  ¡maravillosas!

Así como mollejas de res a las brasas, salchichas rellenas de queso, envueltas en tocino.

El caldillo de carne seca, chilorio, la ensalada thai, machacado de atropellado, paninis como el de arrachera, hamburguesas, rib eye, cañita, arrachera outside, filete, cowboy.

Y fajitas norteñas, top sirloin, costillas de rib eye de buen tamaño, para conocedores. Todo calidad Certified Angus.

Entre los postres mas pedidos están: el pay de plátano, el mostachón con fruta, el pay de queso tortuga y la panacota.

La clientela que acude son personas de la zona, muchos de la refinería de petróleo, extranjeros y gente de Monterrey.  

Es un restaurante de mucho éxito, por lo que lo han ido ampliando con los años. Un restaurante democrático, pues vende desde tacos de 70 pesos, hasta un rib eye de 475 pesos.

Durante mi estancia en “La Enramada”, al que he tenido la oportunidad de ir a lo largo de varios años, tuve la compañía de Jesús, mejor conocido como “Chuy” Leal, quien me platicó peculiaridades de Cadereyta, tales como que es “La capital escobera de México”.

Así también entre risas me comentó que a Cadereyta la conocen como “la tierra de los locos”.

Aparentemente eso viene porque antiguamente se casaban entre primos, por ello mucha de la gente de Cadereyta se apellida Leal.

También se le dice “la ciudad de los columpios”, porque cuentan que antiguamente había un manicomio, donde el psiquiatra que lo operaba, tranquilizaba a sus pacientes meciéndolos en columpios. Y es la cuna del béisbol en México.

Y el 10 de abril del año pasado Rodrigo Medina junto con el alcalde electo Emeterio Arizpe, firmaron un convenio de incorporación, en el que queda escrito que Cadereyta Jiménez pertenece formalmente a la zona metropolitana de Monterrey.

Cadereyta me resulta sin duda una buena opción para salir de la ciudad y despejarme un poco.  Pero sobre todo comer en “La Enramada” y sin falta pedir ¡las gorditas!

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