Gastronomía ignorante

De acuerdo al diccionario, la palabra “gastronomía” es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente.  No tiene relación directa con el arte culinario.

Eso significa que las cadenas de fast food y la comida chatarra son parte importante de nuestra gastronomía… lamentablemente.

De acuerdo al diccionario, la palabra “gastronomía” es el estudio de la relación del hombre con su alimentación y su medio ambiente.  No tiene relación directa con el arte culinario.

Eso significa que las cadenas de fast food y la comida chatarra son parte importante de nuestra gastronomía… lamentablemente.

La fast food y la comida chatarra son alimentos que se ofrecen a un precio razonable, disponibles en cualquier momento. Son alimentos ricos en calorías y en grasas saturadas, sales, azúcares, colorantes, químicos y conservadores.  Alimentos que tienden a aumentar el riesgo de padecer enfermedades.

Pero si cada uno de nosotros somos los que decidimos qué comer, los responsables de nuestro cuerpo, ¿por qué entonces estos negocios y productos gastronómicos proliferan tanto en el mundo?

La respuesta es sencilla: hacen falta más educación y más información al respecto.

Y este no es un reto solo de los restaurantes donde sirven fast food, sino también de toda la comida chatarra que venden en el supermercado.

Porque al final del día son las grandes empresas de alimentación las que trabajan constantemente en bajar sus costos, a costa de una buena calidad.

Incluso esos supermercados hacen un gran esfuerzo para que no sepamos lo que nos estamos comiendo, porque quizás no lo compraríamos, y mucho menos se lo daríamos a nuestros hijos.

Es responsabilidad nuestra informarnos.  Y hoy no hay excusas, gracias al acceso de información que tenemos en Internet.

En mi opinión existen dos documentales que son obligados de ver. El primero es “Super size me” que en español se llama “Súper engórdame”.  Es la historia de un joven de 30 años, Spurlock, que come solo productos de McDonald’s durante treinta días.  

En dicho documental podemos ser testigos en pantalla de su deterioro físico y emocional.  

Además se informa que sufrió disfunción sexual y daño al hígado.  Claro, todo esto además de un aumento de peso considerable.

Otro documental es “Food Inc.”, pero no es apto para niños. Entre varios temas, nos muestran la cría, alimentación y trato a los pollos en Estados Unidos.  

A  base de una alimentación brutal, antibióticos y hormonas, los granjeros logran que los pollos alcancen su peso óptimo en la mitad del tiempo que les tomaría en condiciones naturales.  

Las condiciones de vida de los pollos son deplorables. No me extrañaría enterarme de alguna persona que después de ver este documental decida volverse vegetariana.  

Yo no pude comer pollo durante algunas semanas.

Existen grandes esfuerzos en el mundo para combatir la mala alimentación, como por ejemplo, el liderado por Ferran Adría con su Fundación “Alicia” (Ali-mentación y cien-cia), donde su principal objetivo es “Que todo el mundo coma mejor”.

Además de que junto con su equipo de cocina publicaron en el 2012  “La comida de familia”, un libro en el que no solo nos dan las recetas de la comida del personal del restaurante, siendo estas muy sencillas y fáciles de preparar, tambien aporta 31 menús completos, balanceados y económicos. 

Y no son solo recetas españolas. Hay influencias de distintos lugares del mundo por los cocineros que llegaron como “peregrinos” a la cocina de El Bulli.

El libro de lo que come el personal de El Bulli me pareció una gran idea, ya que son cocineros expertos ejecutando platillos del día a día, aportando la mejor técnica y además cuidando los costos del restaurante.

Aterrizando un poco la idea a Monterrey, les comparto  algunos de los platillos que se incluyen en la comida del personal del restaurante Pangea.  Tacos de papa con chorizo, enchiladas de queso con salsa de tomate y chile de árbol, flautas de res, arroz norteño, chiles poblanos rellenos de atún, mole de pollo, chilaquiles con pollo, menudo, puchero y enfrijoladas. Económicos, sencillos, nutritivos y fáciles de preparar.

Les comento que nos ha pasado en distintas ocasiones, que clientes llegan al restaurante y preguntan por la comida del personal… y se les sirve en el comedor del restaurante.

Recordemos que nosotros tenemos el poder de decidir si comemos comida chatarra o preparamos algo saludable en casa. 

Probablemente el tiempo que nos tardemos sea el mismo, si pedimos una pizza, o si preparamos unas enchiladas.

Y consideremos cada ida al súper como una “elección” donde un votamos por los productos que compramos, en nuestras manos está decidir a que le vamos. Y si podemos comprar producto orgánico o local ¡Qué mejor!

¿Alguna vez nos hemos preguntado cuánta energía se gasta en traer agua de Fiji?  Bueno, pero ese ya es otro tema…

‘The omnivore’s dilemma’ de Michael Pollan  

Pollan dice que “otra cosa del cocinar es, o puede ser, una manera de honrar las cosas que estamos comiendo, como los animales, las plantas y los hongos que han sido sacrificados para gratificar nuestras necesidades y deseos, así como también los lugares y las personas que los produjeron”.

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