Vladimir Putin llegó al poder en 1999 después de la sorpresiva renuncia de Boris Yeltsin, el primer presidente ruso que surgió de la caída de la Unión Soviética. Foto: Especial

Vladimir Putin volverá a las urnas

A pesar de liderar una guerra que se acerca a su segundo año y enfrentar problemas económicos que lo han debilitado en el escenario global el autócrata asegura su dominio sobre Rusia con las elecciones que se llevarán a cabo en 2024

Durante todo el siglo XXI un solo hombre ha controlado Rusia con un autoritarismo que evoca a los Zares del antiguo imperio: Vladimir Putín, quien una vez más lanzó su candidatura para la presidencia ante la ausencia de cualquier oposición que le arrebate el poder.

A pesar de contar con el apoyo de partidos políticos que facilitarían su candidatura, el mandatario ha decidido optar por la vía independiente, con la cuál tendrá que recaudar 300 mil firmas de simpatizantes de 40 o más regiones de la Federación Rusa, todo mientras la guerra con Ucrania continúa durante el invierno.

Para la doctora Ana Luisa Trujillo, especialista en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigadora de la institución, para entender la decisión de Putin de reelegirse hay que tomar en cuenta que la democracia no se dimensiona igual en todo el mundo.

“La democracia no se entiende igual en todas partes del mundo, hay muchas versiones de este sistema, y Putin es un personaje importante en la historia reciente de Rusia. De alguna manera, ha sido el constructor del regreso de Rusia después de una época tan complicada como lo fue la caída de la Unión Soviética”, explica la académica.

Vladimir Putin llegó al poder en 1999 después de la sorpresiva renuncia de Boris Yeltsin, el primer presidente ruso que surgió de la caída de la Unión Soviética, y quien lo había designado primer ministro solo cuatro meses antes de su dimisión.

El autoritarismo que caracteriza al hoy mandatario se hizo presente desde los primeros meses de su régimen, cuando tan solo días después de haber ganado su primer mandato completo como presidente allanó las oficinas de un medio de comunicación independiente crítico con el Kremlin.

Durante sus 24 años de gobierno, Putin ha dependido de sectores clave en la industria y el ejército para mantenerse en el poder. Las relaciones que tiene con oligarcas se pueden ejemplificar con el arresto y sentencia de Mikhail Khodorkovsky, magnate petrolero quien pasó de aliado a rival y cumplió 10 años en prisión debido a ser considerado un rival en la reelección; un mensaje claro para el resto de la élite rusa quienes se han mantenido fieles a él.

Confrontación con Occidente

El enfrentamiento de Putin con Occidente se ha puesto de manifiesto en múltiples ocasiones, como cuando en 2005 dijo que la caída de la URSS era “el mayor desastre geopolítico del siglo”; en sus múltiples intervenciones militares en otros países como Georgia, al que Rusia invadió en 2008; o por su apoyo al presidente Bashar al-Ásad en la guerra civil siria.

La invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022 es otra de las acciones que colocaron a Putin contra la comunidad internacional de Occidente, y años antes, en 2014, por la anexión de Crimea.

El presidente Putin ha ostentado el poder por 24 años y con las elecciones de 2024 abre la posibilidad de hacerlo por seis más. Foto: Especial
El presidente Putin ha ostentado el poder por 24 años y con las elecciones de 2024 abre la posibilidad de hacerlo por seis más. Foto: Especial

La operación militar rusa en territorio ucraniano ha llevado a Putin a declarar que la paz llegará cuando alcance sus objetivos, lo que puede aumentar y endurecer las sanciones en su contra, dirigidas principalmente por Estados Unidos y la Unión Europea.

Para la doctora Trujillo, el cese de las hostilidades no está cerca, pues si bien los recursos limitados con los que cuenta Ucrania la ponen en una situación de desventaja a pesar de la solidaridad de la Unión Americana y el club de los 27, Occidente no se plantea otro escenario más que la derrota rusa, lo cuál no se ve próximamente.

La confianza persiste

A pesar de los enfrentamientos entre Putin y Occidente, e incluso con la OTAN por su expansión, las sanciones impuestas en su contra por la invasión a Ucrania no lo han perjudicado como se esperaba, aun cuando el PIB nacional ha caído 2.1 por ciento, según el Banco Mundial.

“Muchos analistas esperaban que estas sanciones fueran catastróficas, que la economía rusa colapsara, pero no ha sucedido de esta forma. Hay un choque económico pero no ha sido tan grave y la población rusa sigue manteniendo la confianza en el liderazgo de Putin pese a ello”, señala la especialista de la UNAM.

Aunque casi un cuarto de siglo en el poder ha consolidado a Putin como la máxima figura de autoridad en el país, su control fue brevemente cuestionado en junio pasado cuando Yevgeny Prigozhin, líder del Grupo Wagner, se amotinó y tomó varias posiciones al sur de Rusia. Este hecho, y la subsecuente caída de la avioneta donde viajaba Prigozhin, ha sido leído por especialistas como signo de que el control del mandatario sobre las élites no es total.

Actualmente, Rusia no cuenta con una oposición competitiva; sin embargo, líderes contrarios a Putin, tanto en el exilio como tras las rejas, buscarán desacreditar al presidente en una elección que tiene totalmente asegurada.

Pese a los estragos económicos y las inclemencias de una guerra que se acerca a su segundo año, la aprobación del mandato del jefe de Estado entre sus gobernados es del 80 por ciento.

Para la doctora Trujillo, este alto porcentaje de aprobación haría muy difícil que los intentos de la oposición dieran frutos para  deslegitimar al mandatario, pues a pesar de la falta de libertades que se experimenta en el país, Putin fue pieza clave para el resurgir ruso de principios de siglo.

“La población tiene una buena imagen de su presidente porque él fue quien revitalizó la economía y los sacó de ese bache económico tan duro y esos tiempos políticos tan inciertos que fueron los años inmediatos a la caída de la URSS. Como en todos los países, hay juego político, pero se ve difícil que estos grupos de oposición puedan llamar la atención del electorado ruso”, remata la internacionalista.

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