La movilización del grupo Wagner significa que ni el gobierno de Rusia ni el aparato estatal están tan sólidos como se creía. Foto: Especial

Vladimir Putin recibe lección por movilización del grupo militar liderado por Yevgeny Prigozhin

Ante la movilización hacia Moscú del grupo militar Wagner, especialistas afirman que fue una llamada de atención para el presidente Vladimir Putin de que no deposite su total confianza en mercenarios independientes que pueden perjudicar la estabilidad de su país

Por primera vez, el gobierno de Rusia fue golpeado desde su interior. A cuatro días de que el ejército independiente Wagner avanzara hacia Moscú como medida de protesta, el refuerzo de la seguridad en el país parece ser un hecho.

Después de lo ocurrido, el presidente Vladimir Putin ordenó que todos los grupos de mercenarios independientes, como el grupo Wagner, se vincularan por contrato con el ejército ruso como el resto de los soldados profesionales antes del próximo 1 de julio.

“Esta medida aumentará la capacidad de combate y la efectividad de las fuerzas armadas (…) Esto dará a las formaciones de voluntarios el estatus legal que necesitan y proporcionará un enfoque común para el cumplimiento de sus tareas y el apoyo que necesitan”, dijo Nikolái Pankov, viceministro de Defensa ruso.

Al cierre de esta edición, los mercenarios liderados por Yevgeny Prigozhin no se habían unido a las fuerzas armadas rusas; sin embargo, se prevé que lo hagan en el corto plazo por petición del jefe de Estado.

Se cree que el grupo Wagner se movilizó hacia la capital rusa para manifestar la falta de recursos administrados por el ejército ruso. El propio Prigozhin declaró que la intención con su movilización siempre fue protestar y no derrocar al gobierno de Putin, como así se señaló en diferentes medios occidentales.

“Rusia debe entender que no debe darle tanto poder a este tipo de organizaciones”

El maestro Eduardo Palacios, especialista en Estudios de Rusia y de la URSS y miembro del Centro de Estudios post-soviéticos con sede en Moscú, opina que la movilización del grupo Wagner significa que ni el gobierno de Rusia ni el aparato estatal están tan sólidos como se creía.

“Con esto, Rusia debe entender que no debe darle tanto poder a este tipo de organizaciones privadas y, por lo tanto, que debe mejorar su sistema de seguridad interior. Fue un llamado de atención y lección muy fuerte para Putin”, agrega.

En entrevista, el también especialista en Relaciones Internacionales y en Seguridad Internacional de la Federación Rusa, detalla que la movilización de los mercenarios independientes rusos es similar a lo realizado por los integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en México, pues en su momento también se levantaron contra las autoridades del país.

Sobre la respuesta de la comunidad internacional de Occidente sobre las acciones del grupo Wagner, Palacios afirma que no respaldar la movilización fue lo correcto.

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, dijo a la prensa que se dejó en claro que tanto él como sus socios europeos no tenían nada que ver con el grupo militar ruso a fin de que no los relacionaran de querer dirigir un golpe contra Vladimir Putin.

 Bielorrusia le abre las puertas a  Prigozhin

A pesar de que Yevgeny Prigozhin, líder del grupo Wagner, desapareció tras el levantamiento de sus mercenarios, ayer se confirmó que llegó a Bielorrusia.

El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, fue quien confirmó la llegada del mercenario a su país el día de ayer, después del acuerdo que tuvo con el grupo militar.

Fue la administración de Bielorrusia la que intervino para que la formación Wagner detuviera su movilización por Moscú. Se prevé que le prometió seguridad a Prigozhin a cambio de que frenara a sus tropas.

El maestro Eduardo Palacios afirma que Prigozhin pudo resguardarse en territorio vecino para no ser reprimido por el gobierno de Putin.

Yevgeny Prigozhin, líder del grupo Wagner, afirmó que no buscaba derrocar al gobierno ruso sino protestar por el poco respaldo a sus mercenarios. Foto: Especial
Yevgeny Prigozhin, líder del grupo Wagner, afirmó que no buscaba derrocar al gobierno ruso sino protestar por el poco respaldo a sus mercenarios. Foto: Especial

“Se exilió porque teme por su vida, sabe que si cae en manos del gobierno ruso lo van a atrapar, a meter a la cárcel”, remarca.

Antes de movilizar a su ejército para protestar, Prigozhin era reconocido como una de las personas más cercanas al presidente, llegando a ser nombrado como “el chef de Putin”.

Prigozhin fue comerciante por años. Abrió un puesto de hot dogs, lo que lo llevó a construir una carrera empresarial inaugurando restaurantes y tiendas de conveniencia. Antes de esa etapa, pasó nueve años en prisión, a la cual accedió en 1981 por robo.

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