La joya mexicana

Hace dos meses, durante una de sus intervenciones públicas, Luis Videgaray, el secretario de Hacienda, dijo que el sector turístico mexicano representa una de las “joyas de la economía mexicana”.

En medio de un escenario de austeridad fiscal, de recortes constantes de expectativas de crecimiento del producto interno bruto y del deterioro de algunos de los más importantes indicadores de actividad económica; el turismo emerge como un oasis de dinamismo.

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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20
millones de turistas estadounidenses visitan México cada año a pesar de la política de emisión de alertas de viaje del Departamento de Estado
En un momento en el que se han complicado las condiciones financieras y de demanda exteriores, la actividad turística surge como un contrapeso para la economía mexicana
El que viaja solo, viaja más deprisa.” 
Rudyard KiplingEscritor británico

Hace dos meses, durante una de sus intervenciones públicas, Luis Videgaray, el secretario de Hacienda, dijo que el sector turístico mexicano representa una de las “joyas de la economía mexicana”.

En medio de un escenario de austeridad fiscal, de recortes constantes de expectativas de crecimiento del producto interno bruto y del deterioro de algunos de los más importantes indicadores de actividad económica; el turismo emerge como un oasis de dinamismo.

Como en todo episodio de depreciación, la pérdida de valor de la moneda nacional genera ganadores y perdedores. En ese sentido, el turismo surgió como un claro ganador de la depreciación de más de 42 por ciento del peso frente al dólar en los últimos dos años.

La tendencia de crecimiento del sector turístico atrajo la atención de inversionistas y de la prensa internacional. Ayer, el semanario The Economist publicó un artículo titulado “Y aún así siguen viniendo: el turismo en México”, en el cual se hace referencia al crecimiento del sector a pesar de la percepción de inseguridad que prevalece en el exterior en relación a los destinos vacacionales mexicanos.

The Economist menciona que los visitantes internacionales que arribaron a México en los primeros cinco meses del 2015 crecieron 9 por ciento en relación al mismo periodo del año anterior.

Sin embargo, aunque se hace referencia al impulso que le dio la depreciación del peso al sector turístico, el auge no se explica por una situación coyuntural. El semanario cita una proyección de que el gasto de visitantes internacionales se incrementará a una tasa anual promedio de 5 por ciento durante la siguiente década.

La política turística del Estado mexicano ya está reaccionando para capitalizar esta tendencia.  El ejemplo patente es la inversión proyectada de alrededor de mil millones de dólares para la renovación de infraestructura y logística de Acapulco, uno de los destinos más golpeados por la inseguridad. De acuerdo a la organización no gubernamental Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, Acapulco representa la cuarta ciudad más violenta del mundo.

No obstante, México recibe cada año a más de 20 millones de visitantes de Estados Unidos, país cuyo Departamento de Estado ha seguido una política de emisión de alerta de viajes ante cualquier retroceso en los indicadores de seguridad en México.

Pese a los ciclos irregulares de violencia que se han presentado en el país, esto representa una tendencia que corre de manera independiente y paralela al dinamismo del sector turístico.

Contraste económico

En el marco de la última reunión del Consejo Nacional Empresarial Turístico, el secretario de Hacienda y el secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, refirieron que el PIB turístico creció a una tasa de 3.5 por ciento en el 2015.  La cifra excede a la tasa de crecimiento del PIB general para el mismo periodo en un punto porcentual.

Esto contrasta con el sentimiento de desaceleración que ha permeado en el clima económico. Ayer, el INEGI reportó que el índice de confianza del consumidor cayó a su nivel más bajo desde febrero del 2014. La caída de este indicador es parte de un escenario de deterioro económico que se ha vuelto patente en las constantes reducciones de expectativas de crecimiento económico.

La encuesta de expectativas de los expertos en economía del sector privado elaborada por Banco de México muestra que la mediana de las proyecciones de crecimiento para este año pasaron de 2.4 por ciento en junio a 2.3 por ciento en julio.

En un momento en el que se han complicado las condiciones financieras y de demanda exteriores, lo cual es citado como la principal preocupación de los expertos consultados por Banxico; la actividad turística surge como un contrapeso para la economía mexicana.

Aprovechar oportunidades

A finales de mayo, Luis Videgaray, declaró que era necesario “aprovechar las oportunidades que genera la depreciación”. El sector turístico representa el mayor exponente del auge derivado de la pérdida de valor de la moneda nacional frente al dólar.

En cambio, el sector exportador, que en teoría también debería de beneficiarse por la depreciación del peso, no ha podido recobrar el moméntum en el que su mayor exponente, la industria automotriz, crecía a tasas anuales de dos dígitos.

El sector turístico es el cuarto mayor contribuyente de divisas en el país, detrás de las exportaciones petroleras, las exportaciones automotrices y las remesas. De acuerdo a la firma EMIS, una subsidiaria de la firma de inversión institucional Euromoney, cada año ingresan a México alrededor de 16.2 mil millones de dólares.

Asimismo, el sector genera alrededor de 3.7 millones de empleos directos y de acuerdo a cifras oficiales, representa el 8.5 por ciento del PIB nacional.
 

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