Ruben Navarrete
RUBéNNAVARRETE Las ventajas de la auto-deportación

SAN DIEGO - Por ser un periodista mexicano-americano, los restriccionistas de la inmigración a menudo me acusan de “socavar el gobierno de derecho”, de “apoyar las fronteras abiertas” y de ser “pro-amnistía.”

Así es que permítanme sorprenderlos hablando bien de la controvertida idea de que los inmigrantes ilegales decidan auto-deportarse.

RUBéNNAVARRETE Hombre en el medio

SAN DIEGO – Recuerdo el día que mi cuñado me preguntó si tenía un arma de fuego en casa. 

Fue hace 10 años, y yo era columnista y escritor editorial en Dallas. La novena ciudad de la nación puede manifestar idiosincrasias de un pueblo pequeño, y en mi trabajo yo estaba haciendo lo que no hay que hacer en un pueblo: irritar a los poderosos. Después de que altos funcionarios públicos abusaran de su poder en detrimento de inmigrantes mexicanos, critiqué al jefe de policía y al fiscal del distrito. 

RUBéNNAVARRETE La niebla de la reforma migratoria

Si los estadounidenses desean arreglar el sistema de inmigración, lo primero que deben hacer es disipar la niebla de mentiras, contradicciones y manipulaciones partidistas que no permiten ver lo que realmente está sucediendo. 

Entonces comprenderán quién tiene, en verdad, la culpa de que no tengamos una reforma migratoria integral, que se haya deportado a un número récord de inmigrantes ilegales —casi 2 millones— y que miles de familias hayan quedado divididas en los últimos cinco años.

COLUMNISTAINVITADO El juego de echar la culpa

Para cuando las luces se apagaron, la respuesta fue obvia: el juego de echar la culpa.

En el programa “Meet the Press” de NBC, unos días antes del cierre del Gobierno, el representante Raul Labrador, republicano de Idaho, reconoció que los republicanos probablemente iban a recibir la mayor parte de la culpa y agregó que los demócratas entendían esto mejor que nadie.

RUBéNNAVARRETE Elogio del DREAM 9

Exactamente cierto. He criticado al movimiento que dice representar a los DREAMers, los jóvenes indocumentados que asisten a la universidad o se incorporan a las fuerzas armadas y que, por ese motivo, habrían podido cumplir los requisitos para obtener categoría legal, amparándose bajo la Ley DREAM, si ese proyecto de ley no hubiera sido eliminado en el Senado en 2010. Muy a menudo, estos jóvenes —que se creen especiales porque les están brindando una opción con la que no cuentan los inmigrantes de más edad— son tan malcriados y narcisistas como sus homólogos nacidos en los EU.