Más de seis mil 500 inmigrantes indocumentados han muerto en la frontera de Estados Unidos con México desde 1998, como consecuencia de las estrategias de militarización implementadas en esta zona por el gobierno estadounidense, denunció el Centro Colibrí para los Derechos Humanos, que tiene su sede en Tucson, Arizona.
Durante los meses de junio y julio pasados al menos siete migrantes fallecieron en la zona del sur de Texas, frontera con Tamaulipas, en su intento por conquistar el llamado sueño americano, indican las estadísticas de la Patrulla Fronteriza (Border Patrol).
Los migrantes fueron víctimas de las altas temperaturas que oscilan en la zona.
El comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Ardelio Vargas Fosado, informó que de 2013 a 2015 se incrementó en más de 150 por ciento la migración de hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, nicaragüenses y cada vez llegan más africanos, haitianos, asiáticos y cubanos a México.
Ello, explicó, se debe a las condiciones de violencia, pobreza y la sequía, lo cual recrudeció el flujo migratorio de centroamericanos hacia México en su paso para llegar a Estados Unidos.
Los migrantes que no pueden pagarle a los contrabandistas por su viaje de África a Europa son asesinados por sus órganos, dijo un antiguo coyote.
Nuredein Whabrebi Atta, quien fue sentenciado a cinco años de prisión por su rol en el movimiento de migrantes, le dijo a la policía italiana que aquellos migrantes que no podían pagar por su trayecto por el Mediterráneo “eran vendidos por 15 mil euros a grupos, particularmente egipcios, que estaban equipados para traficar órganos, reportó La Repubblica.
Legisladores republicanos de California pidieron al gobierno del presidente Barack Obama que rechace el pedido del Estado de vender pólizas de seguros a personas que se encuentran sin autorización en el país.
Nueve de los 14 legisladores republicanos firmaron la carta dirigida a la secretaria de Salud, Sylvia Matthews Burwell, y al secretario del Tesoro, Jacob Lew.