En 2011, el presidente Felipe Calderón publicó un decreto en el que se establecieron ciertas restricciones para importar autos usados desde Estados Unidos.
La intención fue proteger a la industria automotriz nacional, que había sido golpeada por el boom comercial que se desató en 2005, cuando Vicente Fox abrió las puertas a las importaciones.
Uno de los principales candados de la resolución de Calderón fue la imposición del cobro de impuestos basados en precios estimados preestablecidos por la Secretaria de Hacienda.
Indigo Staff