Motos importadas… o malportadas

La apertura de la frontera México-Estados Unidos a la importación de motocicletas ha ayudado a que la gente pierda el miedo a usar esta alternativa de transporte y ha impulsado el uso de este vehículo en México.

Además, hay quienes han detectado un excelente negocio en la introducción de estos vehículos al país. Hasta aquí todo suena muy bien, ya que esto ayuda a que la gente tenga más opciones de compra y con precios más accesibles.

La apertura de la frontera México-Estados Unidos a la importación de motocicletas ha ayudado a que la gente pierda el miedo a usar esta alternativa de transporte y ha impulsado el uso de este vehículo en México.

Además, hay quienes han detectado un excelente negocio en la introducción de estos vehículos al país. Hasta aquí todo suena muy bien, ya que esto ayuda a que la gente tenga más opciones de compra y con precios más accesibles.

Pero lo barato no sólo podría salir caro, dejando a fuera las garantías del fabricante que por lógica no cubren a las unidades de procedencia extranjera, sino que podría poner en riesgo la integridad física del usuario.

Un gran porcentaje de las motocicletas importadas a México fueron desechadas de Estados Unidos por las aseguradoras, luego de haber sido declaradas pérdida total.

Por ejemplo, una motocicleta 2008 Harley Davidson Dyna Street Bob declarada pérdida total en Estados Unidos tiene un costo estimado de 2 mil 300 dólares y el costo de importación es de 4 mil 460 pesos.

Considerando un cambio de 12.9 pesos por dólar, el gasto por esta moto apenas llega a 34 mil 130 pesos, y si inflamos el costo de reparación a 30 mil pesos y sumamos 10 mil pesos de traslado tenemos una suma total de 74 mil 130 pesos.

El valor de una motocicleta con estas especificaciones, sin ser declarada pérdida total, oscila entre los 135 y 160 mil pesos en el país, lo que da una utilidad mínima de 60 mil 870 pesos… imagina este mismo ejercicio multiplicado por 5 o 10 unidades.

Claro está que en este brillante negocio no importa mucho la seguridad del futuro motociclista, ya que para poder venderlo al mejor precio, no se informa al comprador que la motocicleta es un vehículo de recuperación.

Ojo con el historial

En Estados Unidos existen instituciones como carfax, VIN Car History y autoCheck que cuentan con el historial de todos los vehículos registrados en ese país y al cual todos podemos por unos cuantos dólares.

El uso es muy sencillo, basta con entrar a la página web de cualquiera de estas compañías e introducir el número VIN o número de serie del vehículo que desea adquirir. Si el vehículo a observar cuenta con un problema, se depliega una alerta en la página avisando del daño. Hasta esta parte, el proceso es sin ningun cargo. 

Si se desa información detallada, entonces hay que registrarse y pagar la cantidad fijada por la compañía que tiene el archivo. De esta forma se puede saber si la motocicleta que se va a comprar ha estado involucrada en accidentes pequeños, severos o hasta si fue alterado el kilometraje.

No  solo basta comprar una bonita motocicleta, el dinero invertido estará mejor respaldado y tendrá mayor valor de reventa si cuenta con una documentación limpia.

Pero lo más importante es no poner en riesgo tu vida montando un vehículo que en otro país fue declarado fierro viejo.

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En 2011, el presidente Felipe Calderón publicó un decreto en el que se establecieron ciertas restricciones para importar autos usados desde Estados Unidos.

La intención fue proteger a la industria automotriz nacional, que había sido golpeada por el boom comercial que se desató en 2005, cuando Vicente Fox abrió las puertas a las importaciones.

Uno de los principales candados de la resolución de Calderón fue la imposición del cobro de impuestos basados en precios estimados preestablecidos por la Secretaria de Hacienda.