El bueno y el malo

Aunque el proceso continúa porque las investigaciones siguen abiertas y hay cargos contra ellos, con la liberación de los 14 presos del 1 de diciembre, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa se libró de la presión social y política que significaba tenerlos en la cárcel.

El episodio ha marcado por siembre a Marcelo Ebrard Casaubón como el gobernante represor que llevó a prisión a decenas de presuntos  inocentes, mientras que Mancera asumía el papel de bueno en esta historia.

César no es anarquista ni de oficio provocador. Un simple bolero de zapatos que puso en juego su libertad para recuperar sus instrumentos de trabajo. Y los perdió ambos
Las imágenes caricaturizadas de uno y otro circulan por las redes sociales: Marcelo, con el rostro endurecido y un tolete en la mano, contra un Mancera sonriente, como el gobernante bueno
"Fue una estrategia montada, se la cobraron al gobierno que salía y se la endosaron al entrante (Miguel Ángel Mancera) que entró con una papa caliente”
José Luis Muñoz SoriaDiputado del PRD

Aunque el proceso continúa porque las investigaciones siguen abiertas y hay cargos contra ellos, con la liberación de los 14 presos del 1 de diciembre, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa se libró de la presión social y política que significaba tenerlos en la cárcel.

El episodio ha marcado por siembre a Marcelo Ebrard Casaubón como el gobernante represor que llevó a prisión a decenas de presuntos  inocentes, mientras que Mancera asumía el papel de bueno en esta historia.

Las imágenes caricaturizadas de uno y otro circulan por las redes sociales: Marcelo, con el rostro endurecido y un tolete en la mano, contra un Mancera sonriente, como el gobernante bueno.

Mejor no pudo resumir el problema el diputado del PRD José Luis Muñoz Soria, que pagó la fianza de los últimos presos del 1DMX, 13 hombres y una mujer.

“Fue una estrategia montada, se la cobraron al gobierno que salía (Marcelo Ebrard) y se la endosaron al entrante (Miguel Ángel Mancera) que entró con una papa caliente en la mano”, dijo el también ex delegado en Cuauhtémoc.

Entre los 14 presos que aún faltaban liberar, hay de todo y también historias que ilustraban claramente los errores cometidos por la policía del Distrito Federal en aquel fallido operativo que ensombreció el adiós de Marcelo y la bienvenida de Mancera.

Sobre todo, destaca la de César Llaguno Romero. Actividad: Bolero en la explanada de Bellas Artes. Preso por: intentar recuperar su cajón de bolero después que los manifestantes lo aventaran contra la policía.

El joven que a veces pernocta en la calle por no tener un hogar, fue golpeado y detenido por los granaderos durante los enfrentamientos entre la multitud y las fuerzas del orden, cuando pretendía rescatar su banco y cajón de trabajo.

Ese día, el de la toma de protesta de Peña Nieto, llegó a las diez de la mañana a las inmediaciones del Sanborns de los Azulejos para bolear los zapatos de los policías bancarios que laboran muy cerca del edificio de correos.

De ahí cruzó el Eje Central para colocarse, como siempre, en la explanada de Bellas Artes donde atiende a los transeúntes. Era mediodía del  cuando presenció sobre avenida Juárez la agresión entre un grupo de manifestantes y policías.

Uno de los jóvenes, que se enfrentaba a la fuerza pública, tomó el banco de César y lo arrojó contra los policías como si fuera un proyectil y luego siguió el cajón.

“Lo avientan con los policías por lo que al ver esto el dicente se dirige a recuperar su cajón y en ese momento los policías comienzan agredir al dicente y  no lo dejan llevar su cajón, tumbando en ese momento los granaderos al dicente”, dice textual la declaración ante el Ministerio Público local.

Sin poder explicar a los uniformados que él no aventó el cajón, que sólo quería recuperarlo, los granaderos lo empujaron contra el piso, mientras le quitaban su teléfono celular que traía en las bolsas de su ropa.

“Quitándole al dicente su teléfono celular de la marca Samsung modelo no sabe y cuando les quitan sus pertenencias llega posteriormente una patrulla y ahí suben al dicente junto con estos sujetos más que el dicente ni conoce ni sabe quienes sean”.

A bordo de una patrulla lo trasladaron al Ministerio Público donde nunca le dijeron por qué fue detenido.

Pasaron los días y a César, le preocupaba, además de su suerte, porque fue trasladado al Reclusorio Norte, el destino de su celular que había comprado con tanto esfuerzo.

El bolero tenía lesiones en la cara y cuerpo debido a los golpes que le dieron los granaderos, que le tiraron al piso sin darle oportunidad alguna de explicar.

Su abogada, Silvia Sánchez Labastida, pidió a las autoridades dar fe que las manos de César presentaban las manchas características provocadas por el uso de la grasa con la que bolea los zapatos.

Pidió, además, que se revisaran los vídeos de ese día y de días pasados para corroborar que César, no es anarquista ni de oficio provocador, sino un simple bolero de zapatos que puso en juego su libertad para recuperar sus instrumentos de trabajo. Y los perdió ambos.

Pese a las manchas de grasa en sus uñas y ropas, César no fue liberado en el primer bloque de detenidos. Tampoco en el segundo.

El Bolero de Bellas Artes

Sin recursos económicos para poder contratar a un abogado particular, el llamado “Bolero de Bellas Artes” tuvo que esperar en prisión a que las cosas cayeran por su propio peso.

Tuvo que esperar a que la presión política y mediática surtiera efecto en el gobernante entrante, Miguel Ángel Mancera, para lograr la liberación de todos los que aún estaban en prisión.

Ante el Ministerio Público se determinó que el bolero no tiene antecedentes penales de ninguna índole, que no ingiere bebidas embriagantes, que no tiene apodos, que no es adicto a las drogas o enervantes.

“Que si presenta lesiones por lo que formula denuncia cometido en su agravio y en contra de los granaderos que lo detuvieron u denuncia posible delito de robo ya que ignora si su celular fue puesto a disposición o se lo llevaron los granaderos, así como denuncia el abuso de autoridad cometidos todos en su agravio y en contra de los granaderos que lo detuvieron.

“Manifiesta que el dicente es persona en situación de calle que se queda en la calle a pernoctar y que cuando puede sacar un dinero extra renta un cuarto para poderse asear y lavar su ropa”.

Desde la cárcel César escribía cartas de agradecimiento por el apoyo hacia los presos del 1D. Después de su nombre y apellidos también anotaba su actividad: bolero, como una forma de reiterar que él nada tenía que hacer ahí. Que no sabía de anarquistas ni de antipeñistas.

Corrió hacia la multitud motivado por la angustia de perder su equipo de trabajo, que al final perdió.

Por fin está libre. Nadie sabe quién reparará los daños ni de quién limpiará sus antecedentes penales.

Herencia maldita

Para Mancera los presos del IDMX representaron la herencia casi maldita que Marcelo Ebrard dejó a su administración. De hecho, el asunto generó desavenencias entre el actual jefe de gobierno y su antecesor.

Mientras Ebrard quería castigo para los responsables de los destrozos de aquel día, que le dañaron la recién remodelada Alameda Central. Mancera quería zafarse de una vez por todas del problema y de los reclamos de los familiares que a diario protestaron en la capital.

Para Miguel Ángel Mancera no fue cómodo que su imagen de político ciudadano y cercano a la gente poco a poco se viniera abajo por no atender el reclamo de liberar a los presos aún sabiendo que muchas detenciones de la policía capitalina fueron injustas y equivocadas, según documentó la propia Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).

Posteriormente, un bloque de artistas, hombres y mujeres dedicados al cine y al teatro, elaboraron el video “Todos somos presos” en apoyo a la libertad de los encarcelados injustamente.

El movimiento surgió de la mano del actor Odiseo Bichir, quien instó a la comunidad a exigir la liberación de los inocentes a partir de que una amiga y conocida de él, Judith Gómez Contreras, cineasta de profesión, fuera detenida cuando realizaba unas fotos en el Centro Histórico.

Gabriel Regino García ex socio y ex jefe del ahora jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, asumió la defensa de Judith Gómez y la de Luis Escalante, hermano de la cantante Amandititita.

Pero al fín la pesadilla para Mancera y su equipo terminó. Fue cuestión de horas para que, a partir de la liberación, se comenzara a hablar en las redes sociales de Mancera con otros matices.

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