De acuerdo con el sitio de la agencia de reclutamiento Cultural Care Au Pair, quienes se inscriben viven con una familia anfitriona, toman clases en una universidad local y asisten en el cuidado de los niños de la familia. Foto: Especial

Cuidadoras de niños sufren explotación internacional

Convertirse en niñera de una familia en el extranjero es a menudo una experiencia de vida que se promueve como única y maravillosa, sin embargo, jóvenes han relatado malas experiencias

Jóvenes en búsqueda de mejorar su dominio de una lengua extranjera, imbuirse de otra cultura y adquirir experiencia en el ámbito laboral internacional se acercan año con año a formar parte del programa Au Pair, sin embargo, las denuncias en torno a las condiciones laborales precarias se cuentan por miles.

Este programa está dirigido a personas de entre 18 y 26 años. Se trata, al menos en la teoría, de un intercambio cultural y de labores donde los jóvenes prestan servicios de cuidados infantiles a cambio de casa, comida y un módico pago; por su parte, la familia que los hospeda, se compromete a mantenerlos seguros, cómodos y brindarles las facilidades para que puedan estudiar si así lo desean.

De acuerdo con el sitio de la agencia de reclutamiento Cultural Care Au Pair, quienes se inscriben: viven con una familia anfitriona, toman clases en una universidad local y asisten en el cuidado de los niños de la familia; a cambio, tienen la posibilidad de hacer una inmersión en la cultura y el idioma del país de visita y generar recuerdos para toda la vida.

Estos programas tienen una duración de entre 12 y 24 meses. Los jóvenes que deseen participar pueden elegir entre países como Estados Unidos, Canadá y naciones europeas, según la agencia.

Maltrato y explotación

Testimonios en redes sociales muestran una realidad muy diferente a la que promociona la agencia encargada del programa.

Videos de las vivencias de Mireia Marín, una joven de nacionalidad española, en Irlanda, se viralizaron de manera inmediata después de que compartiera cómo prácticamente huyó de sus anfitriones, quienes incumplieron sus promesas sobre las condiciones en las que vivirían.

En junio pasado, Marín dio a conocer a través de TikTok un video en el que explicaba varias dificultades que había pasado mientras formaba parte de este programa.

La joven menciona que recién llegada al aeropuerto de Dublín su madre anfitriona la dejó esperando por 2 horas, aunque prometió ir por ella al cabo de treinta minutos.

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Jóvenes, principalmente de naciones de Latinoamérica, comparten en redes historias similares a las de Mireia.

Como Paola, joven guatemalteca que asegura que no le es permitido comer pan todos los días, tener pareja y que tuvo que trabajar una semana pese a contar con una discapacidad médica.

“Probablemente la peor estrategia migratoria que encontré para escapar de Guatemala: 2.34€ la hora. No tengo permitido comer pan todos los días o tener novio y trabajé por una semana a pesar de tener un permiso médico por discapacidad física. Ser ‘au pair’ es la depresión”, mencionó la joven a través de Twitter.

Sin acuerdos claros

Priscila Vázquez, originaria de la Ciudad de México, vivió durante 2 años en Washington D.C., desempeñándose como “au pair”.

Sin embargo, el camino para lograrlo no fue fácil, pues tuvo dificultades con la primera familia con la que trabajó.

Fue a través del programa de Cultural Care que la joven fue contactada por una familia de Chicago con dos niños por cuidar, no obstante, la experiencia fue difícil y Priscila tuvo que dar un paso atrás y buscar un nuevo lugar.

“La primera vez que fui tenía 24 años. La verdad no fue una mala experiencia pero la agencia maneja un poco de publicidad engañosa, deberían de aclarar mejor todo lo que tienes que hacer, pues estás literal a cargo de vidas en otro país, con otras reglas y tú llegas en cero. No sabes nada y solo te dicen ‘te vas a llevar súper bien’ pero pues no conoces todo lo que te espera y todo lo que tienes que pasar.

A pesar de que las condiciones de las jóvenes que van a prestar servicios como cuidadoras a otros países se establecen desde el principio, los empleadores las modifican continuamente haciéndolas más difíciles, muchas veces obligándolas a renunciar. Foto: Especial
A pesar de que las condiciones de las jóvenes que van a prestar servicios como cuidadoras a otros países se establecen desde el principio, los empleadores las modifican continuamente haciéndolas más difíciles, muchas veces obligándolas a renunciar. Foto: Especial

“En mi primera experiencia llegué a Chicago con una familia de afroamericanos. No me entendí con ellos porque con los niños eran bastante groseros. Entonces, pues no, no hubo conexión y me fui a ‘rematch’, que es cuando te pasan con otra familia y encontré a la de DC, donde la mamá era de Bangladesh, el papá italiano y tenían gemelos, un niño y una niña de cuatro años de edad, y una niña más de tres años y eran super lindos, un amor. Me quedé con ellos”, relata Priscila.

Sin embargo, la joven insiste en que la agencia debe explicar bien a las aspirantes a “au pair” cuáles serán sus tareas, pues en sus pláticas informativas no avisan que incluso serán las encargadas de asear a los menores.

Priscila comenta que Cultural Care la buscó directamente debido a que se encontraba inscrita en la bolsa de trabajo de la universidad en la que estudió.

“En el contrato se establece que, por ejemplo, no puedes trabajar más de 45 horas a la semana, no tienes que hacer limpieza de la casa, o sea, no eres ama de llaves, ni nada de eso, solo tienes que hacer limpieza ligera de los cuartos de los niños y recoger juguetes, ordenar la sala de juegos, prepararles su comida”, explica la joven.

Desamparadas en el extranjero

De acuerdo con Cultural Care y otras agencias que reclutan cuidadoras como International Education, hay varios beneficios para las jóvenes que se unan a sus programas.

Apoyo para tramitar una visa, gestión del itinerario de viaje y una póliza de seguro de viaje son algunos de los privilegios que mencionan.

Las jóvenes que se desempeñan como niñeras en otros países deben recibir un pago mínimo de 195 dólares a la semana, apoyo para realizar estudios en el país de destino; rubro para el que la familia anfitriona deberá aportar 500 dólares por año y vacaciones pagadas por dos semanas al término del plazo.

Sin embargo, Priscila Vázquez, comenta que desde que ella viajó a Estados Unidos para convertirse en niñera, el pago era el mismo, lo que significa que en 10 años el sueldo de una “au pair” no se ha adaptado a las variables económicas como la inflación.

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Además de los 23 mil 825 pesos que tiene como costo el programa para las jóvenes y las familias participantes, las aspirantes a “au pair” deben pagar de manera adicional su pasaporte, visa, licencia internacional y una consulta con un médico para el llenado de un expediente.

En caso de que sucedan eventualidades como problemas con las familias anfitrionas, las jóvenes se encuentran indefensas y pueden ser sacadas del programa sin ningún respeto a sus derechos laborales.

A través de videos de TikTok o hilos de Twitter, mujeres que se desempeñaron como cuidadoras comentan que fueron víctimas de explotación laboral, acoso sexual y laboral, discriminación e incluso violaciones.

Victoria Oliva, originaria de Argentina, realizó una serie de grabaciones en las que relató cómo fue maltratada por la familia con la que convivió y cómo fue sacada del programa de un momento a otro, quedando abandonada a su suerte y sin dinero en un país que no era el suyo.

“Todo estaba bien hasta que empiezo a darme cuenta que el nene de dos años al que cuidaba tenía reacciones que no eran normales, era muy muy agresivo.

“Al margen de todo esto, el padre y la madre del niño se gritaban con mucha violencia enfrente de cualquier persona, me sentía super incómoda cuando discutían, el pequeño de dos años también gritaba cuando peleaban”, menciona en su testimonio Victoria.

@lauraandreaescoba5 Mi Experiencia personal como au pair. #foryou #aupair #aupairlife #aupairusa #tiktok ♬ sonido original – laura andrea escobar

La joven relata que aunque para acceder al programa los padres deben encontrarse sanos mentalmente, la madre de la familia para la que trabajó estaba diagnosticada con depresión, ansiedad y otros trastornos, por los que tenía que estar medicada, además de que estaba esperando un nuevo bebé, al que posteriormente cuidó desde los 14 días de vida.

Sin embargo, lo peor estaba por venir, pues la madre tenía ataques y se ponía agresiva con ella, además de que el padre, quien bebía grandes cantidades de alcohol asiduamente, comenzó a acosarla sexualmente.

Al reportar todas estas situaciones, la agencia sacó de un día para otro de la casa a Victoria, quien no tenía dinero ahorrado ni en dónde quedarse.

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