Las consecuencias políticas y económicas del escándalo de la Línea 12 del Metro ya empezaron a sentirse.
En lo económico, la Constructora ICA ya sufrió su primer descalabro. El precio de sus acciones cayó ayer en 2.94 por ciento.
En lo político los más afectados son el ex jefe de gobierno, Marcelo Ebrard y el director del Metro, Joel Ortega.
Y es que ya sea porque Marcelo Ebrard construyó una obra defectuosa, o porque el director del Metro Joel Ortega no le dio el debido mantenimiento, el hecho es que cientos de miles de usuarios están sufriendo las consecuencias.
A ver si nos explican por qué en octubre de 2012, cuando todavía estaba Marcelo Ebrard, la empresa certificadora TUV dictaminó que la obra estaba correcta, y en octubre de 2013, cuando ya estaba Joel Ortega como director del Metro, la certificadora dictaminó lo contrario.
Turbulencias panistas
Con la llegada de los tiempos de campañas, en la fracción panista del senado regresaron las confrontaciones.
Por una parte, los calderonistas amagaron con atorar las leyes secundarias si el gobierno federal no les extiende un certificado de impunidad en todo lo que tiene que ver con el escándalo de Oceanografía.
Por la otra, el coordinador de la bancada, Jorge Luis Preciado, está evaluando no solo la posibilidad de quitarles a los calderonistas cualquier cargo de relevancia en el senado, sino hasta promover la comparecencia de Felipe Calderón.
Por lo pronto, la presidenta del PAN, Cecilia Romero, ya mandó las primeras señales de que está con Gustavo Madero y en contra de Ernesto Cordero.
Denunciarán a García Luna
Al fin el PRD se decidió a ponerle el cascabel al gato para denunciar al exsecretario de seguridad Pública de Felipe Calderón, por haber “matado” artificialmente a Nazario “El Chayo” Moreno.
Ojalá y la Procuraduría General de la República haga lo conducente, no solo con respecto a esta denuncia en concreto, sino con la multitud de ilícitos cometidos por el secretario favorito de Felipe Calderón.
Cría cuervos
Cada día son más los que están de acuerdo en que la estrategia de paz para Michoacán que le vendieron al presidente Peña Nieto, no solo está demostrando ser un fracaso, sino que amenaza con convertirse en un conflicto bélico de altas proporciones.
Los enfrentamientos entre los cabecillas de los grupos paramilitares mal llamados “autodefensas michoacanas”, deberían ser el mejor indicador para que se retome el rumbo de la legalidad.
Se hace urgente otra estrategia en Michoacán, y el relevo de comisionado.