Manifesto 2018

Paulina Villegas Paulina Villegas Publicado el
Comparte esta nota

Escribo un manifiesto porque no tengo nada que decir.

Todo está dicho. Nada es original.

El sufrimiento de una persona nos interesa tanto como el sufrimiento de una lámpara.

Cambio infinito como único principio.

Hagamos espacio para la juventud, la violencia y el atrevimiento.

No somos sentimentales, somos un viento furioso. Pondremos fin al duelo y reemplazaremos las lágrimas con sirenas.

Son todas estas locuciones fragmentos de una colección de monólogos de distintos manifiestos producidos a lo largo de la historia. Sacados de su contexto original y yuxtapuestos en ambientes y circunstancias actuales son dramatizados por la actriz inglesa Cate Blanchett en la película “Manifesto”.

El escritor, artista y director alemán Julian Rosefeldt creó la película en el 2015 basada en una video-instalación que representa un collage de extractos de estos manifiestos, declaración de principios de muchos movimientos artísticos del siglo XX: dadaístas, futuristas, nihilistas, marxistas y muchos “istas” más.

Más allá del debate sobre si se puede considerar como una película o más bien se trata de un audiovisual experimental, y la sobresaliente actuación de Cate Blanchett, quien interpreta a 13 personajes, entre ellos un indigente, una maestra, un titiritero, una estrella de rock; la actriz hace eco de esas ideas que en su momento reflejaron una situación histórica social y política, y dejaron rastro de las ideas que se erigían y las que se derrumbaban también, redefiniendo así el rol del artista y el arte en la sociedad.

“Eres demasiado apegado a lo que te enseñaron que deberías de apegarte: cementerios, melancolía, el amante trágico”, dice una viuda pelirroja ante una afligida multitud que rodeaba un féretro en una de las escenas. “Lo vemos todo, amamos nada,” decía.

“Uno muere como un héroe o como un idiota, que es exactamente lo mismo”, pronunciaba en un discurso fúnebre sardónico, incitando así al espectador a creer y amar radicalmente no en algo que hayamos creído o amado antes, sino simplemente en la nada.

Un elogio fúnebre no a una persona, pero sí a una idea.

“Más allá de la acción y reacción, nos estableceremos a nosotros mismos”, sentenciaron los vorticistas, seguidores de aquel movimiento artístico de principios del siglo XX, fundado en Inglaterra por Wyndham Lewis, antes de que estallara la Primera Guerra Mundial.

Lo interesante de estos fragmentos de imágenes y proclamaciones que  juntos forman una especie de ensayo visual y filosófico, es que las ideas concebidas el siglo pasado resultan irónicamente actuales.

¿Cuanto ha cambiado realmente el mundo?

Es enero, de 2018, un año que todo apunta será turbulento para México, siendo la palabra turbulento un eufemismo que esconde toda la incertidumbre que emana de la pugna electoral- y de una crisis social y política- que se augura descarnada entre contrincantes que ya han mostrado los colmillos de su primitiva ambición.

¿Cuál sería entonces el manifiesto de nuestra época?

  1. ¿Matarás al sistema para engendrar la posibilidad de otro?
  2. La catarsis como purificación social.
  3. ¿Mata el idealismo, pero no la fe, para dar paso a la inevitable realidad?
  4. Izquierda, derecha, centro, son poco más que señales en una brújula rota.
  5. La tradición priista y partidista ya no es tradición. Ya nada lo es.
  6. Odia la patria, pero a diferencia de los versos de Pacheco, no des la vida por su gente, ofrece mejor una idea, no original -no existen-, pero sí auténtica.
  7. Si no la tienes, da espacio y tiempo a la radicalidad del silencio.
Show Player
Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil