Hechos, peores que las palabras

El futbol y la noticia de la censura de la FIFA al grito de los mexicanos en las tribunas de los estadios mundialistas, cuando despeja el portero, nos lleva a preguntarnos qué hemos hecho con nuestra afición que no aprende a respetar y utiliza un lenguaje soez. 

Pero la realidad es que con el acontecer cotidiano, uno piensa que a veces las palabras se quedan cortas con lo que uno ve y vive. 

Es decir, en los hechos hay cosas peores que las puras palabras.

Tatiana Clouthier Tatiana Clouthier Publicado el
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El futbol y la noticia de la censura de la FIFA al grito de los mexicanos en las tribunas de los estadios mundialistas, cuando despeja el portero, nos lleva a preguntarnos qué hemos hecho con nuestra afición que no aprende a respetar y utiliza un lenguaje soez. 

Pero la realidad es que con el acontecer cotidiano, uno piensa que a veces las palabras se quedan cortas con lo que uno ve y vive. 

Es decir, en los hechos hay cosas peores que las puras palabras.

Por ejemplo, la muerte de tres trabajadores de una construcción de Gómez Morín en San Pedro la semana pasada, que se suma a una más que ya había ocurrido en marzo pasado, o sea en el mismo lugar y sin consecuencia alguna para quienes están construyendo la obra. 

Acontecimiento que traducido en palabras nos lleva a la pregunta: ¿Pues dónde **+#$%** están todos los que hace unos días gritaban defensa a la vida frente al Congreso del Estado? 

La vida es vida y no podemos hacer que una muerte y menos en las situaciones como sucedieron en este terreno, queden en el olvido. 

Es cierto que con una sanción los seres queridos no tendrán regreso con los suyos, pero sí es una realidad que en el tema de prevención y supervisión, tanto de las autoridades estatales como municipales, dejan una vez más mucho que desear.

También, pone una vez más bajo la luz el tema de la famosa “mesa de justicia” que el municipio ha tratado de justificar, pero aparece un trapito sucio.  

Pero si de eso hablamos, me pregunto ¿de quién es la calle?, ¿a quién se le debe rendir tributo y pedir permiso para su uso? ¿A que viene el comentario?… 

Pues que por otro loado, al hecho de que en Monterrey hay “cuidadores” de carros, lavacoches e incluso boleros, que no cuentan con la “autorización” municipal sino que portan una credencial muy formal y bonita de una organización sindical, y con esa han estado “amparados” para funcionar por mucho tiempo.  

Que padre que puedan trabajar, que bueno que se ganen la vida de una manera digna. 

Pero lo que no funciona es que la autoridad municipal debería ser en realidad la que “regule” esos espacios y supervise por el bien de la seguridad, no que quien tiene el “control” es una central obrera.

Esto es lo que muestra al final del día el Municipio regiomontano: mucha foto, mucha prensa y poco trabajo. Que lástima verlo así, pues  sumado a lo que sucedió con un asalto al restaurante a escasos metros de la Casa de Gobierno, en donde hubo tiempo para robar a los clientes, pero no tiempo para que “los cuidadores” de nuestro empleado estatal vieran algo, ni tampoco para que la autoridad municipal regia actuara. Así que me provoca decir: **#$%##** !!!! 

Los pretextos se acabaron, tan malo el pinto como el colorado y no atienden como deben sus lugares de responsabilidad, pero si malgastan nuestros recursos haciéndose promoción personal y de partido.

Pobre México, no en vano su población grita como grita en el mundial.

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