Cambio de discursos

Poco faltó para que Alfonso Sosa hubiera cambiado su discurso y haberse tragado sus declaraciones de la primera jornada, cuando señaló que no se valía que se perjudicara a su equipo de esa manera.

Para su fortuna, o desgracia, Chivas le empató a un gol cuando su equipo había tomado ventaja con un tanto conseguido en fuera de juego, lo que le habría obligado posiblemente a señalar que los silbantes toman decisiones equivocadas sin la intención de perjudicar a algún equipo en especial. Otro discurso.

Humberto Sierra Humberto Sierra Publicado el
Comparte esta nota

Poco faltó para que Alfonso Sosa hubiera cambiado su discurso y haberse tragado sus declaraciones de la primera jornada, cuando señaló que no se valía que se perjudicara a su equipo de esa manera.

Para su fortuna, o desgracia, Chivas le empató a un gol cuando su equipo había tomado ventaja con un tanto conseguido en fuera de juego, lo que le habría obligado posiblemente a señalar que los silbantes toman decisiones equivocadas sin la intención de perjudicar a algún equipo en especial. Otro discurso.

Esta jornada no les fue tan mal a los árbitros como en las anteriores, aunque sí se vieron errores, pero que finalmente no influyeron.

A los que de plano les fue mal fue a los equipos locales, pues el Santos que no viene jugando bien, en su partido ante Rayados se vio como una máquina de hacer futbol y de contundencia y le clavó cuatro, que pudieron ser más, pero precisamente por eso, por no estar bien aún, no lo lograron.

Monterrey se vio como un equipo que apenas se está armando, apenas están entendiendo lo que su entrenador quiere que jueguen, como si no se conocieran; y su técnico como si apenas acabara de llegar al club y empieza a saber lo que pueden hacer sus jugadores. Simplemente un desastre.

Por cierto a Carlos Barra no le pusieron plazos, pero cuando lo ratifican significa que el hilo está muy delgado.

A Tigres, por su parte, le queda bien el refrán “candil de la calle…” ya que de visitante son unas fieras, pero de locales son unos mininos indefensos.

Los dos equipos locales tienen jugadores de alto nivel futbolístico  que no deberían andar batallando.

Y esta jornada fue atípica, ganaron los que no ganaban, los que sí, perdieron y los supuestamente fuertes batallaron con los supuestos débiles.

Así es el futbol nuestro de cada día.

Nos leemos en la próxima. 

Show Player
Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil