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Que los castiguen con un penal

En las reglas del juego existe una, la regla 14, que sanciona las faltas del defensor dentro de su área con tiro penal. Bueno pues con eso deberían sancionar a los silbantes, con penal, que no se atreven a marcar faltas flagrantes cometidas y más cuando influyen en el resultado.

Siguen pasando las jornadas y la mejoría en el nivel de técnica arbitral continúa esperándose, no se ve un cambio radical, es más, ni un cambio gradual de mejora, simplemente se sale a cumplir el trabajo y eso ya es mucho.

En las reglas del juego existe una, la regla 14, que sanciona las faltas del defensor dentro de su área con tiro penal. Bueno pues con eso deberían sancionar a los silbantes, con penal, que no se atreven a marcar faltas flagrantes cometidas y más cuando influyen en el resultado.

Siguen pasando las jornadas y la mejoría en el nivel de técnica arbitral continúa esperándose, no se ve un cambio radical, es más, ni un cambio gradual de mejora, simplemente se sale a cumplir el trabajo y eso ya es mucho.

Roberto Ríos, en el Morelia-Jaguares, si apenas le dan pocas actuaciones, con esta seguramente volverá a la banca; dos claras planchas que eran de roja directa de los centrales del Morelia, Huqui y “Pikolín” que les perdonó en el primer tiempo y un penalti clarísimo del mismo Huqui al final del partido, convirtieron lo malo de trabajo en pésimo y localista.

En el Xolos-Pachuca, donde Erim Ramírez, igual de pocas actuaciones, no aprovecha la oportunidad y recibe una puñalada de su asistente dos, Oscar Martínez, cuando en el segundo gol de Pachuca, Rodolfo Pizarro está en claro fuera de juego y da por bueno el gol.

Igualmente expulsa por segunda amarilla a Aquivaldo Mosquera, cuando el defensor corta un balón con la cadera y en el rebote le pega en el brazo, Ramírez sanciona equivocadamente mano y lo expulsa.

Luis Enrique Santander en el América-UdeG, no sanciona una mano clara de un defensor de Leones Negros dentro de su área penal y le roba una penalti clarísimo favorable al América.

Y en el partido que cerró la Jornada 8, Chivas-Monterrey, el equipo regio no metió ni las manos, mucho menos los pies y la cabeza, y cayó claramente ante unas Chivas que están buscando, desde ya, el salvavidas que los saque de la zona de descenso.

Conforme avance el Clausura 2015, los partidos serán más intensos tanto en la búsqueda del boleto a Liguilla como en la zona caliente, y si los responsables arbitrales “no sacan al buey de la barranca”, su llegada la frente de la preparación y capacitación de los silbantes fue un claro fracaso

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REGLA5 Pánico a las expulsiones

Señalar que el arbitraje de la Liga MX está mal, es decir una perogrullada; o sea, es tan evidente que hasta un ciego lo vería.

La jornada anterior fue el miedo a sancionar faltas con penal, y señalábamos que era ahí, al Penal, a donde deberían enviar a los silbantes que no se atreven a sancionar las faltas.

En esta jornada ya no fue tanto eso, sino que ahora el pánico fue mostrar tarjetas rojas a los jugadores violentos que, aprovechando la ineptitud de algunos, se surten con la cuchara grande y reparten leña por todo el terreno de juego.

REGLA5 La mejoría en el limbo

Las jornadas pasan y la mejoría en el aspecto arbitral sigue en el limbo.

Se pudiera esperar un repunte si el problema en el nivel de los silbantes pasara porque muchos son árbitros de poca experiencia y escasa actividad, pero el mal está presente en novatos y consagrados.

Francisco Chacón, de lo mejor en México, realizó un trabajo muy malo en el Cruz Azul-Guadalajara. Dejó que jugadores de ambos equipos repartieran leña por todo el terreno de juego y ni por arte de magia mostró alguna tarjeta que metiera disciplina al partido.

REGLA5 El arbitraje no se ha arreglado

Hasta la hora que su servidor escribía esta colaboración, lo único que se confirmaba era que “la cuerda siempre se rompe por lo más delgado”, y Carlos Barra ya no sería más técnico de Rayados.

Lo del técnico que llega, seguía en suspenso, insisto, hasta el momento que su servidor escribía.

Pero más que escribir sobre su nuevo técnico, a lo que deberían de no quitarle la vista los dirigentes, cuerpo técnico (el nuevo) y jugadores del Monterrey, es que un mal torneo le metería a futuro inmediato en problemas de descenso.