El presidente palestino, Mahmoud Abbas, fue quien designó al nuevo primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina. Foto: Especial

Palestina: los retos del nuevo gobierno de Mohammad Mustafa

El recién nombrado primer ministro tiene la encomienda de trabajar para reunificar la administración de los territorios palestinos después de la guerra

La Autoridad Nacional Palestina tiene un nuevo primer ministro tras la renuncia de Mohamed Shtaye. El presidente palestino, Mahmoud Abbas, designó a Mohammad Mustafa como el nuevo líder de la región.

Mustafa, un economista educado en Estados Unidos que ha fungido como asesor del jefe de Estado, tendrá que enfrentar las presiones reformistas que exige Washington como parte de la visión que tiene el país americano para la región, así como la reconstrucción de la franja de Gaza una vez concluido el conflicto entre Israel y Hamás; sin embargo la encomienda se prevé complicada ante una población insatisfecha con la Autoridad Nacional Palestina que lo designa.

Establecida a inicios de los años 90 como parte de los Acuerdos de Oslo, la Autoridad Palestina debía ser un gobierno de transición de los territorios palestinos que, eventualmente, los llevara a la formación de un Estado independiente.

Después de 30 años, la meta de la Autoridad Nacional Palestina no se ha materializado: perdió el control en Gaza, que se encuentra bajo dominio de Hamás desde 2007, y opera bajo condiciones impuestas por la milicia israelí en los territorios de Cisjordania.

A pesar de ese panorama, el gobierno sigue encabezado por Fatah, el partido de Mahmoud Abbas, en una situación de poca legitimidad derivada de 18 años sin elecciones.

La trayectoria del primer ministro Mohammad Mustafa

Si bien el novel primer ministro no milita en Fatah, su trabajo en el gobierno de Abbas le concede capital político dentro de la cúpula palestina.

Mustafa llega a formar gobierno con casi 20 años de experiencia en el servicio público, bajo el gobierno de Abbas ha fungido como ministro de economía, donde encabezó un comité encomendado para la reconstrucción de Gaza tras los conflictos de 2014, y desde 2009 maneja los casi mil millones de dolares del Fondo Palestino de Inversión.

Al exterior, su desempeño en puestos internacionales, como su trabajo en el Banco Mundial, y su educación estadounidense, le conceden buena voluntad con Washington, cuya presión para reformar la Autoridad Palestina fue fundamental en el nombramiento de Mustafa. La Unión Americana anunció que buscará trabajar con el nuevo gabinete para lograr las reformas esenciales para la población palestina.

Durante su nombramiento, el presidente Abbas comisionó al primer ministro con la formulación de un plan que reunifique la administración de Gaza y Cisjordania, impulse reformas de gobierno, seguridad y economía, y combata la corrupción; uno de los grandes lastres de la Autoridad Palestina.

El pasado martes, Mustafa dio a conocer sus planes para llevar a cabo su mandato de reunificación una vez acabada la guerra en Gaza. El primer ministro anunció que buscaría la formación de un gobierno tecnócrata y apartidista que pueda ganar la confianza de la población y el apoyo de la comunidad internacional. De la misma forma el economista afirmó que trabajaría para establecer un fideicomiso independiente que vigilara la reconstrucción de Gaza.

Los obstáculos de la reunificación de los territorios palestinos

Las intenciones del nuevo primer ministro respecto a Gaza se pueden ver frustradas debido a la oposición que enfrenta desde todos los frentes. El grupo terrorista Hamás rechazó su nombramiento por considerarlo una decisión unilateral que debilita la postura de una Palestina unida, e incluso en un comunicado denominó la formación de un nuevo gobierno como “un gesto vacío”.

Mientras que los extremistas islámicos rechazan al gobierno de Mustafa, los planes de este para Gaza después de la guerra chocan directamente con los de Israel.

Semanas atrás, Benjamin Netanyahu reveló los planes de su gobierno para la administración de la región, entre ellos que los líderes de Gaza tendrán que ser elegidos de entre la población local y solo serían elegibles quienes no tuvieran afiliación con ningún grupo político.

De entre todos los obstáculos que enfrenta el recién nombrado primer ministro, la posición de la Autoridad Palestina entre sus gobernados puede que resulte la más complicada de solventar. Después de tres décadas de inacción y dos bajo un gobierno que se niega a convocar a elecciones, un 63 por ciento de la población palestina considera a la Autoridad Nacional Palestina como un lastre para la causa nacional, así se detalla en una encuesta realizada por el Centro Palestino de Investigación de Encuestas y Políticas.

En opinión de Moisés Garduño, doctor en Estudios Árabes e Islámicos Contemporáneos e integrante del Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una de las principales dificultades del ministro en el proceso de reunificación es la falta de liderazgos en la Autoridad Nacional Palestina.

No hay líderes en la ANP, hay muchas críticas por parte de los palestinos para Mustafa y para Abbas, y una gran base social en los territorios espera la liberación de uno de los líderes que sí podrían hacer esta reunificación: Marwan Barghouti, quien está preso en una cárcel israelí y que junto con otros presos políticos podrían generar un verdadero proyecto de unificación nacional”, señala Garduño.

Para el académico, la tesón con la que la ANP busca mantener sus privilegios representa un obstáculo en la formación de nuevos liderazgos que puedan materializar el mandato por el cuál se creó; sin embargo, no es la única dificultad.

“También implica el acto de Israel de dividir a la élite política palestina, de presentar a la ANP como un colaborador y a Hamás como un terrorista y, por supuesto, a la ocupación militar israelí que es el principal obstáculo en estos momentos para llevar a cabo cualquier proyecto político”.

Con líderes designados sin respaldo popular, sin nuevos liderazgos en posiciones de poder y en medio de una guerra que azota a la población en Gaza y golpea a Cisjordania, las reformas que darían respuesta a las necesidades palestinas pasan por el diálogo.

“En primera instancia debería de haber, por parte de los palestinos, una serie de negociaciones con todas las facciones políticas de la Cámara de Resistencia para formar un gobierno de unidad nacional que pueda solicitar de manera sólida y concreta el cese al fuego. Posteriormente, un llamado a la liberación de los presos políticos palestinos a cambio de los rehenes que tiene capturados Hamás e incitar a la investigación de crímenes de lesa humanidad por ambas partes, tanto de la parte israelí como palestina. Todo esto bajo el amparo de la ley internacional que admite el necesario fin de la ocupación militar”, finaliza el doctor Garduño.

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