Benjamin Netanyahu cuenta con una desaprobación del 57 por ciento, de acuerdo al Instituto para la Democracia de Israel. Foto: Especial

Exigen a Netanyahu elecciones anticipadas

A través de protestas, miles de israelíes salieron a manifestar en favor de un cambio de gobierno, lo que representa el golpe más grande para el gobierno del primer ministro desde el ataque del 7 de octubre

Decenas de miles de manifestantes protestaron en contra del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Es la muestra de descontento más grande desde que el país entró en guerra contra Hamás luego del ataque terrorista del 7 de octubre pasado.

Los grupos que llamaron a las manifestaciones, mismos que marcharon en contra de las reformas judiciales propuestas por Netanyahu en 2023, se reunieron en las inmediaciones del Parlamento israelí para exigir un cambio de gobierno a través de nuevas elecciones.

De acuerdo con el maestro Adán Miguel Rodríguez, internacionalista y profesor de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM, las manifestaciones del pasado fin de semana no representan un cisma en la sociedad israelí, sino un reflejo del descontento popular con la administración del primer ministro.

Estas protestas se añaden a un fervor popular de cierto sector de la sociedad israelí que está en contra, no de la guerra, sino de no haber alcanzado acuerdos para liberar a los rehenes que mantiene Hamás y que, se presume,  muchos de ellos pudieron haber muerto”, señala Rodriguez.

Sin espacio para elecciones en Israel

Con un 57 por ciento de desaprobación, de acuerdo con una encuesta publicada a finales de marzo por el Instituto para la Democracia de Israel, las posibilidades de Netanyahu de mantener el gobierno en caso de elecciones son muy bajas; sin embargo, habiendo tomado posesión para este mandato en 2022,l as siguientes votaciones están programadas para la primavera de 2026.

Rodríguez apunta que previo a los ataques del 7 de octubre, la sociedad israelí se había  movilizado en contra de las decisiones más autoritarias de Netanyahu, como su propuesta de 2022 para reformar el poder judicial; manifestaciones que fueron indicio de lo polarizada que está la población.

“La sociedad israelí ha estado polarizada porque Netanyahu, en aras de mantener su supervivencia política y respaldar su coalición de gobierno con sectores ultra ortodoxos y ultra conservadores, ha alimentado una división con los sectores más seculares (…) Esto se da en el marco de una sociedad donde los sectores ultra conservadores han ganado más peso”, comenta el académico.

Los manifestantes ubicados frente al Parlamento prometieron continuar con las protestas por varios días, pues mientras la demanda de nuevas elecciones puede no prosperar, este no es el único agravio que tienen con el gobierno de Netanyahu. Los inconformes acusaron a las reformas propuestas por el primer ministro el año pasado de debilitar a Israel.

Parte de los manifestantes acusaron también al primer ministro de estar más preocupado por su supervivencia política, debido a los múltiples casos de corrupción que enfrenta, que en el interés nacional y la liberación de los rehenes en posesión de Hamás.

Ante la vigilia que se extenderá por los próximos días, y la negativa del primer ministro de entretener la idea de nuevas elecciones, el catedrático plantea que la posibilidad de Netanyahu de mantenerse en el poder dependerá de su capacidad para lograr éxitos que pueda capitalizar políticamente y que de ir a las urnas los liderazgos israelíes dependerán de coaliciones

“Por el momento no se ve que se llame a elecciones anticipadas, y si las hay tendríamos que ver quién puede competir con el líder que más tiempo ha gobernado Israel desde su fundación. Hay candidatos como Benny Gantz (actual ministro de Defensa), pero en realidad veríamos la caída del partido de Netanyahu sin la consolidación de otros grupos”, señala el académico.

Familiares de rehenes de Hamás se unen a las protestas

A las protestas que piden nuevos comicios se han sumado algunas familias de rehenes capturados por Hamás. Desde que comenzó el conflicto, familias de los cautivos han mantenido una vigilia en Tel Aviv, en lo que se ha llegado a conocer como la Plaza de los Rehenes; sin embargo, el pasado sábado anunciaron que ese sería su último día ahí, pues se unirán a las protestas en Jerusalén.

Muchas familias habían decidido no criticar el desempeño del primer ministro por miedo de politizar el tema y con ello retrasar las negociaciones de su libertad, y a pesar de participar en las protestas muchos de ellos no creen que sea momento de llamar a elecciones. Sheli Shem Tov, madre de uno de los rehenes, declaró a medios locales que un cambio de liderazgo retrasaría la liberación de su hijo: “Ir a las urnas ahora solo haría a un lado el tema más importante, el regreso de los rehenes a casa”.

En un discurso televisado, previo a que Netanyahu se internara para un procedimiento médico programado, el primer ministro declaró simpatizar con el dolor de las familias, pero que llamar a elecciones en este momento paralizaría a Israel de seis a ocho meses, lo que retrasaría las negociaciones para liberar a los rehenes.

Las protestas del fin de semana se enmarcan en una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde se exige un alto al fuego, la liberación de los rehenes y el reinicio de las negocios con Hamás. Ante ello, Rodríguez aclara que es difícil saber si las manifestaciones acelerarán las negociaciones.

“(La liberación de los rehenes) dependerá de cómo se lleven a cabo las negociaciones entre Hamás y el gobierno de Israel, que están sucediendo ahora mismo en Qatar, donde piden un cese al fuego. Sin esa pausa en las hostilidades es muy difícil saber. Lo que busca Israel es atacar Rafah y ahí encontrar a los rehenes”, señala Rodríguez.

Pese a lo masivo de las protestas, el internacionalista no ve que puedan cambiar el curso de la guerra, pues si bien uno de los reclamos es el manejo de los rehenes, no buscan cambiar la forma en la que se pelea la guerra.

“La forma como se hace la guerra solo puede ser alterada por las presiones de la comunidad internacional. No son suficientes las declaraciones de Estados Unidos o la Unión Europea en las que piden un alto al fuego o más ayuda humanitaria, se necesita una presión más real y si bien estas protestas añaden más presión a Netanyahu no van a cambiar el  conflicto en la franja de Gaza”, finaliza el especialista.

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