El primer ministro de Países Bajos  estuvo en el poder por 13 años en donde las políticas de la región se movieron a la derecha. Foto: Especial

Países Bajos: Las políticas que provocaron la caída de Mark Rutte

Especialistas aseguran que la migración y las medidas de austeridad llevaron a los neerlandeses a votar por una opción más radical representada por Geert Wilders

La migración desde Medio Oriente y el norte de África a países de Europa por cuestiones de guerra y crisis económicas ha puesto en jaque a las instituciones políticas y los principios humanitarios del continente.

En Países Bajos, esto resultó en cambios políticos cuando en julio pasado el primer ministro Mark Rutte disolvió la coalición gobernante por no llegar a un acuerdo en sus políticas de refugiados. El mandatario, que se ha mantenido en el poder desde 2010, no logró conciliar entre sus intenciones y las de los partidos a su izquierda que formaban parte del gobierno.

El cisma provocado por la dimisión de Rutte hizo que el Partido por la Libertad (PVV), una agrupación de extrema derecha que impulsa políticas anti inmigrantes e islamófobas, duplicara sus escaños en el Parlamento y se convirtiera en la principal fuerza política del país, lo que llevó a su líder, Geert Wilders, a convertirse en el próximo primer ministro, siempre y cuando forme gobierno.

Antes de la disolución de su coalición, el partido de Rutte había decidido poner al centro de su administración la situación migratoria por encima de otros problemas como la crisis de vivienda y la desaceleración económica.

Aunque el tema del control migratorio funcionó para Giorgia Meloni, en Italia, y para Viktor Orbán, de Hungría, esa apuesta no resultó para el líder neerlandés.

Con Países Bajos como su prioridad, el mandatario buscó limitar la migración llegando a acuerdos con países del Mediterráneo, y fue uno de los principales impulsores para que Turquía lidiara con los refugiados sirios sin que estos llegaran a las costas de Europa.

Otro ejemplo de su postura ante este tema fue la visita a Túnez, poco antes de su dimisión, donde acompañado de Giorgia Meloni y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ofrecieron ayuda financiera al país africano a cambio de evitar la salida de botes con migrantes hacia Europa.

Rutte: un gobernante que llegaba a acuerdos

Como primer ministro, Mark Rutte no fue un político radical. Reconocido por sus rivales por su habilidad de conciliar y adaptarse a los cambios de una política parlamentaria fragmentada, obtuvo su cargo por primera vez en 2010 cuando el VVD, del que era líder desde hacía cuatro años, rompió el duopolio que tenían en la mayoría los partidos Democristiano y Laborista.

Su primer gobierno lo formó en coalición con el partido saliente, el Democristiano, y el PVV, que en ese momento era la tercera fuerza política en el país. A pesar de que las tres fuerzas gobernantes eran ideológicamente afines, la administración llegó a su fin cuando el PVV retiró su apoyo por diferencias en cuanto a materia económica.

Fue una economía a la baja lo que marcó la legislatura inicial de Rutte como primer ministro, obligándolo a impulsar políticas y discursos que se alejaban del europeísmo que previamente había enarbolado.

En el plano continental, Rutte es aún el líder con más experiencia de la Unión Europea, antes lo era la excanciller Angela Merkel, donde se distinguió por impulsar una rigurosa disciplina fiscal acorde a sus posturas como conservador liberal.

Los años desgastaron el gobierno del primer ministro saliente

Para la doctora Ana Luisa Trujillo, experta en Relaciones Internacionales y académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el contexto de Países Bajos es muy importante para entender el desempeño de Rutte como ministro y el porqué de la victoria de la oposición.

La especialista concuerda que aunque la migración fue la razón de la salida del mandatario, aclara que la implementación de ciertas políticas durante su primer mandato también tuvo que ver para que el panorama político actual cambiara.

“El 2010 fue un momento difícil para el continente. Dos años después de la crisis (económica de 2008), se empezaron a aplicar todas las medidas de austeridad en un contexto muy complicado, pues se necesitaba reactivar la economía”, dice la doctora.

Según especifica Trujillo, la austeridad ejercitada durante todo el mandato de Rutte hizo que se perdiera la calidad de vida de los europeos y se generaran molestias entre los ciudadanos, lo que ayuda a explicar el sentido de la votación actual.

Con la elección de Wilders la Unión Europea se acerca a la ultraderecha

Para la doctora, el papel que juega Países Bajos en la Unión Europea no es menor, pues finalmente es la cuarta economía más grande del continente; sin embargo, especifica que su rol no es tan resolutivo como lo es el de Alemania o Francia.

“Países Bajos es un miembro fundador de la Unión Europea y, por lo tanto, tiene una participación importante en la construcción de condiciones supranacionalistas. El país siempre está en los consejos europeos y ahora con la guerra en Ucrania había apoyado, tanto militar como humanitariamente, al gobierno de (Volodirmir) Zelenski, lo cual ahora con el nuevo gobierno no se sabe si continuará”, señala la especialista.

La académica advierte que la salida de Rutte y la llegada de Wilders al gobierno de Países Bajos marca una tendencia en la política del continente, donde cada vez son más los jefes de Estado que están en contra de la supranacionalidad que implica la Unión Europea.

“Es todavía pronto para anticiparse a algo, podría ser parecido a lo que sucede con Giorgia Meloni, que una vez en el poder moderó su discurso. Sin duda lo que es una realidad es que la Unión Europea está muy cerca de conformarse por varios gobiernos de ultraderecha, e incluso en las próximas elecciones es posible que lleguen grupos de esta naturaleza al Parlamento Europeo”, zanja la doctora.

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