Con el arribo del líder de los talibanes Abdul Ghani Baradar a Afganistán, se prevé que las acciones en contra de los derechos humanos sigan pasivas

El líder de los talibanes, Abdul Ghani Baradar, es la nueva cara de Afganistán

Con el arribo del líder talibán Abdul Ghani Baradar a Afganistán, se prevé que las acciones del grupo fundamentalista en contra de los derechos humanos de los afganos sigan pasivas ante la mirada internacional; sin embargo, eso podría cambiar debido a las costumbres del mulá

El aeropuerto de Kabul, en Afganistán, se ha convertido desde el pasado domingo 15 de agosto en una zona saturada de gente, de afganos que buscan salir de su país cuanto antes. Le temen a que el nuevo gobierno interino representado por los talibanes comience a amenazar su seguridad y derechos humanos, justo como lo hicieron en la década de los 90 cuando tenían el poder.

Al frente de este grupo fundamentalista está Abdul Ghani Baradar, un hombre que, a tres días de que su grupo tomara la capital, llegó ayer a Afganistán para empezar a representar al Estado, y en espera de que otros gobiernos lo acepten como el nuevo líder del país asiático, algo que es poco probable que pase.

“Llegó a última hora de la tarde al aeropuerto de Kandahar. Fue recibido por unidades especiales de protocolo”, informó al respecto el portavoz del político insurgente, Naeem Wardark.

Y aunque los representantes de los talibanes han reiterado continuamente que con Baradar el Emirato Islámico de Afganistán, como rebautizaron al Estado durante su dictadura, “no va a vengarse de nadie”, sino que va a impulsar a la gente a trabajar sin mayores preocupaciones, las probabilidades de que eso realmente pase son aún muy escasas.

Eso, debido al historial que tienen los talibanes, así como su líder, quien posee conocimientos militares, fue uno de los cuatro fundadores del Talibán, y ha participado en múltiples conflictos como la Guerra Soviética afgana.

“Abdul Ghani Baradar está acostumbrado a ciertos procesos militares de ‘se hace esto o eliminamos’ (…) Eso es algo muy duro, pero que a sus ojos está bien por haber vivido en tantas guerrillas. Entonces, es por eso que la gente ha corrido desesperada tratando de huir del país, porque conocen la forma en cómo se maneja”, opina la maestra Norma Soto, internacionalista y docente de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle.

Para ella, ese tipo de acciones por parte de Baradar son claras al ser éste un musulmán conservador, alguien que tienen fe en la Ley Islámica o Sharia, la cual ofrece una orientación moral y legal para casi todos los aspectos de la vida, desde el matrimonio y el divorcio, hasta los castigos penales.

Según el grupo fundamentalista, a través de esta Ley es correcto, entre otras cosas, que las mujeres no usen maquillaje, que las niñas detengan sus estudios educativos a partir de los 10 años, que las ejecuciones por acciones de asesinato se llevan a cabo de manera pública, y que quienes hayan cometido robos se les elimine un miembro de su cuerpo como castigo.

Ante estas posturas, la maestra Cristina Godos, internacionalista y académica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, señala que Baradar es “un estratega con doble cara”, pues por un lado representa la no venganza y por el otro aprueba este tipo de acciones violentas.

“Es un líder que dicta sus intereses a través de un discurso oculto (…) Lo califico como un estratega que no define aún lo que va a hacer porque, aunque representa a un grupo que tiene fama de terrorista, ellos mismos dicen que van a actuar de manera pacífica, o al menos hasta que la prensa internacional esté ahí”, dice.

En ese sentido, la maestra destaca que es probable que los talibanes sigan actuando pacíficamente mientras los ojos de la comunidad internacional estén fijos en sus acciones, para que cuando eso termine comiencen a ejecutar acciones bajo la Ley Islámica. Sin embargo, si eso sucede, aún se espera que las Naciones Unidas y algunos gobiernos continúen vigilándolos.

Como la administración de Estados Unidos, la cual dejó en claro que va a actuar de forma contundente y rápida contra los talibanes si ellos hacen lo mismo hacia algún miembro de su equipo mientras siga en su territorio.

Frente internacional ante los talibanes

Desde que los talibanes comenzaron a apoderarse de algunas provincias afganas a inicios de este mes, la comunidad internacional no dudó en empezar a actuar, manifestándose a favor de la seguridad de los afganos y retirando a sus diplomáticos cuanto antes.

Incluso, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ordenó llevar a cabo una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad, donde se estipuló la importancia de que los talibanes respetaran los derechos humanos de los afganos.

Sin embargo, para frenar futuras acciones negativas por parte del grupo fundamentalista, la maestra Norma Soto resalta que se necesita más que eso, como que la comunidad internacional se fije un objetivo no tan alto para restablecer la seguridad en Afganistán, ya que durante 20 años que Estados Unidos intervino con sus tropas no se logró realmente nada.

“Mientras eso no pase, es probable que Baradar siga firme al frente del país por el poder de convencimiento que tiene, su presencia y su cierto prestigio. Eso hace que algunos lo sigan apoyando”, opina.

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