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La vulnerabilidad de los adultos mayores

Esta población es la más propensa a los delitos financieros, debido a que la mayoría de ellos viven solos o en casas de retiro donde no cuentan con la asesoría de alguien que los alerte de los peligros de caer en alguna estafa

Llamémosle Ana. Días después de que su hijo falleció en un accidente acudió a solicitar el pago del 50 por ciento de la suma asegurada de su primogénito por 1.3 millones de pesos. Sin embargo, la aseguradora decidió hacer más profunda su herida al negarle el apoyo sin un motivo justificable.

Durante meses, Ana caminó de su casa al Juzgado Primero de Distrito en Materia Civil en la Ciudad de México con el dolor por la pérdida de su único hijo. Luego de un tiempo transcurrido, el juez determinó que la empresa aseguradora debía realizar el pago de la suma, así como intereses moratorios y una indemnización.

La noticia llegó muy tarde. El 17 de septiembre de 2016, Ana falleció sin que pudiera recibir el pago correspondiente al seguro de vida de su hijo.

La historia de esta madre es una de las tantas que a diario ocurren en el país y que se suman a la larga lista de delitos financieros que se cometen en contra de personas mayores de 60 años que están desprotegidos ante esta clase de ataques.

“Los adultos mayores son el segmento de la población más vulnerable no sólo a fraudes financieros también son los más propensos a los engaños telefónicos y por correo electrónico”, dice en entrevista Mario Di Costanzo, presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

“Ellos no nacieron con las tecnologías que los bancos están ocupando en la actualidad y muchas veces no las logran comprender, por eso confían en personas que los defraudan”
Ángel MéndezEspecialista de la Facultad de Negocios de La Salle

Asimismo, asegura que del total de fraudes que son atendidos por el organismo, alrededor de un 30 a 35 por ciento están relacionados con esta población y en su mayoría son hombres.

Los adultos mayores se han convertido en un blanco fácil para los delincuentes, debido a que muchas veces viven solos o en casas de retiro y no tienen el apoyo de alguien que los asesore sobre sus finanzas y estados de cuenta.

En los últimos seis años, los fraudes cometidos en contra de estas personas aumentó 320 por ciento y la tendencia es que crezca en promedio 33 por ciento de manera anual, según estimaciones de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.

Además, el monto de los delitos puede ascender hasta los 70 mil pesos en daños al patrimonio de las personas afectadas.

Por género, el 58 por ciento de las víctimas son hombres y 42 por ciento son mujeres, en tanto que 45 por ciento de los casos corresponden a las clases socioeconómicas A, B y C+.

58
por ciento de las víctimas de delitos financieros son hombres

Ángel Méndez, especialista de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, considera que los adultos mayores son más vulnerables a esta clase de delitos, ya que están en medio de la migración digital de las instituciones financieras.

“La banca se está transformando hacia un entorno digital y a la población adulta mayor le está tocando este proceso. Para ellos, es muy difícil romper con muchos paradigmas y esto los convierte en víctimas fáciles para los delincuentes”, agrega Méndez.

Principales trampas

Especialistas sugieren que el aislamiento y la falta de apoyo social son factores de riesgo importantes para el abuso de las personas mayores. En la actualidad, se tienen detectados varios modus operandi que atentan contra esta población, que van desde lo más tradicional hasta el uso de herramientas tecnológicas.

Por principio, el fraude más común es cuando el delincuente se acerca al cliente que está en la fila del banco y le ofrece comprarlo para que no pierda tiempo en la sucursal. Una vez que el documento está en sus manos altera los conceptos de nombre, monto y endoso, y posteriormente lo cobra.

Otro ejemplo es que sin consentimiento ni intervención del usuario se da de alta el sistema de alertas y la contratación de banca móvil asociando su cuenta a un teléfono inteligente que no es de su propiedad y con el que se realizan transferencias, retiros y cargos a la cuenta donde se deposita su pensión.

Las compras a través de internet también sirven como puente para estafar a los adultos de 60 años y más.

Por su parte, los fideicomisos falsos atrapan a compradores que desean colocar su dinero en servicios que no están verificados ni que cuentan con ningún respaldo legal.

Un caso muy recurrente es cuando un desconocido entabla una amistad a través de redes sociales con un adulto mayor y dicha persona simula tener un interés romántico con el propósito de obtener asistencia financiera.

“Los adultos mayores son el segmento de la población más vulnerable no sólo a fraudes financieros también son los más propensos a los engaños telefónicos y por correo electrónico”
Mario Di CostanzoPresidente de Condusef

Además, se ha identificado que cuando los adultos mayores ya no pueden cuidarse a sí mismos acuden a los servicios de una persona de confianza para que atienda sus necesidades, pero muchas veces son aislados de su familia, amigos y vecinos para hacer retiros o utilizar las tarjetas del paciente a su cargo.

Cuando un sextagenario es víctima de un delito financiero, el primer lugar al que acude es al banco con el propósito de recibir asesoría, pero en muchas ocasiones esto no ocurre.

“Las entidades financieras tienen cierta responsabilidad y al verlos desprotegidos abusan de ellos cuando llegan a hacer una reclamación”, expresa Mario Di Costanzo

El presidente de Condusef comparte que desde hace años se ha buscado adaptar los cajeros ya existentes a las necesidades de esta población, aunque, por ahora, esto no se ha podido lograr, sin embargo no descarta que tal vez en el futuro se concrete siempre y cuando se tenga el apoyo de las instituciones financieras.

Para lograr esto, explica, no se requieren de nuevos cajeros, pues la tecnología existente permite que en el chip de la tarjeta donde cobran su pensión tenga una clave que los identifica como una persona mayor y al momento de insertarla se despliegue otro tipo de pantalla con letras más grandes, sin tantas donaciones ni publicidad y más sencillo para las operaciones que realizan.

Los fraudes financieros tienen una gama de secuelas negativas en los adultos mayores que van más allá de la afectación a su patrimonio. Los efectos psicológicos, incluido el aumento en los niveles de depresión, ansiedad, desconfianza se suman al deterioro de su autoestima.

México se encamina a ser un país con altos niveles de envejecimiento entre sus habitantes. Las cifras no mienten: 30.6 millones de mexicanos se ubican entre 15 y 29 años, que representan el 25.7 por ciento de la población total.

Aun cuando las actuales generaciones sabrán manejar dispositivos móviles y tendrán un mejor conocimiento tecnológico, Ángel Méndez, de La Salle, manifiesta que no por eso se debe olvidar a las personas que hoy no cuentan con esas habilidades.

70 mil
pesos es el daño al patrimonio

“La responsabilidad se debe repartir entre todos y no podemos olvidarnos de ser empáticos porque la brecha financiera es muy amplia. Hoy ellos necesitan ayuda, mañana otros la necesitarán”.

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