Dicen por ahí que el conocimiento es poder, pero la ignorancia es felicidad, o como diríamos en México: “Ojos que no ven, corazón que no siente”.
A Pedro le acaba de salir un lunar pero no va a ver al doctor, Blanca cree que su esposo la puede estar engañando pero prefiere no preguntar, tú sabes que el calentamiento global es un problema muy grave pero eliges no investigar más del tema. Todos estos son ejemplos de cómo evitamos información que sabemos nos puede dañar de alguna forma, algo que en psicología se le denomina “ignorancia motivada”.
Rocío Aguilera