En la inauguración de la Cumbre de Procuradores el presidente Felipe Calderón estuvo un poquito acatarrado.
De hecho, el mandatario se veía bastante incómodo.
No podía soltar el pañuelo, tosía a cada rato y hasta se aventó varios sonoros cornetazos.
Pero junto a él, la Procuradora General de la República, Marisela Morales, llegó partiendo plaza con su vestido púrpura y una pashmina color beige.
El que de plano mostró su nerviosismo fue el anfitrión.
El joven Procurador Adrián de la Garza lucía una expresión que denotó inseguridad.
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