El 2 de diciembre de 2013, “Saltillo” amaneció pintado de azul.
Y no solo metafóricamente –un día antes había tomado posesión Isidro López Villarreal, un candidato de extracción panista–. El cambio también fue literal.
Ese día por la mañana, el flamante presidente municipal realizó su primer tarea como funcionario: pintó de color “PAN” las letras que dan la bienvenida a la capital coahuilense.
El gesto dividió a los ciudadanos y quizá fue el augurio de una administración que a casi 6 meses de haber iniciado en realidad no “pinta” nada bien.
Alejandro Fuentes