En octubre de 2010, Eduardo Guerrero Durán fue nombrado nuevo director general del sistema penitenciario de Chihuahua, y al día siguiente se llevó la sorpresa de su vida.
Acudió a un penal y le dijo al responsable que él era su nuevo jefe y que quería ingresar a la penitenciaría. Pero el funcionario le respondió: “¡Ah chinga!... Pues deje pido permiso”.
¿El director del penal pide permiso?... se preguntó Guerrero.
Hugo Gutiérrez