“Suéltenos, somos inocentes. Somos estudiantes de la Escuela de Ayotzinapa”, se escucharon unas voces de hombres que viajaban amontonados en la parte trasera de una camioneta de redilas.
“Jálense para el basurero”, ordenó un hombre que iba al mando conocido como “El cepillo y/o El terco”, refiriéndose al que se encuentra hacia el pueblo de la colonia Vicente Guerrero de Cocula, Guerrero.
Así inició el episodio que refiere la presunta muerte de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
Icela Lagunas