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Exige que autoridad informe de contaminación en presa

Para descartar un riesgo potencial en la presa Cerro Prieto, en Linares, las autoridades ambientales deben de informar los niveles de contaminación en el agua.

Afectación que fue generada por el derrame de gasolina, así lo advierte el presidente de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas, Ernesto Enkerlin- Hoeflich.

"Son casos que preocupan a la comunidad y a la opinión pública, por esa misma razón yo creo que siempre es bueno que haya una tercería o una persona que esté avalando los resultados"
Ernesto Enkerlin-HoeflichPresidente de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas

Para descartar un riesgo potencial en la presa Cerro Prieto, en Linares, las autoridades ambientales deben de informar los niveles de contaminación en el agua.

Afectación que fue generada por el derrame de gasolina, así lo advierte el presidente de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas, Ernesto Enkerlin- Hoeflich.

El ambientalista e investigador del Tecnológico de Monterrey sugiere que debe continuarse con el monitoreo del embalse, iniciado tras la contingencia, para evitar que líquido contaminado llegue a las plantas potabilizadoras, porque éstas no pueden sanearlo en esas condiciones.

“Sí debiésemos de exigir que se nos informe brevemente si llega a detectar un nivel de contaminación, y en su caso, si llegase a ser preocupante, simple y sencillamente tendríamos que esperarnos una semanas o unos meses (para consumir el recurso)”, insiste el doctor en Ciencias de Vida Silvestre y Acuícola por la Universidad de Texas A&M.

“Las plantas potabilizadoras lo que hacen es agregar, después de la filtración, la clorinación (lavado con cloro disuelto para eliminar residuos), que es el proceso normal. No sería un proceso que le haría nada a una posible contaminación”.

La delegación de la Semarnat en Nuevo León calculó un derrame de 15 mil litros de gasolina en la presa, después de que un poliducto de Pemex cedió a las intensas lluvias provocadas por la tormenta tropical “Ingrid”.

El combustible se escurrió el pasado 17 de septiembre en el Río Pablillo, un afluente que conecta con el vaso, pero el conservacionista descarta que esta cantidad de combustible signifique un problema mayor.

Esto se debe, según él, a que el volumen del hidrocarburo fugado quedó reducido a una fracción pequeña en el agua que contenía el embalse, que al momento del derrame llegó a más de 294 millones de metros cúbicos.

“Difícilmente representa un riesgo para la salud, inclusive si llegase una parte de esta gasolina derramada (a las plantas potabilizadoras), no se percibiría tampoco ningún cambio en el sabor del agua”, afirma.

“Llega un punto en que no representa un peligro alguno para el consumo, ni para los ecosistemas, que van degradando algunos de esos materiales, o simple y sencillamente el nivel de ilusión los hace inocuos”.

A diferencia del delegado de la Profepa en Nuevo León, Víctor Jaime Cabrera, el investigador sostiene que durante la contingencia ambiental sí debió de haber una afectación en la flora y fauna.

“Ahí se mató muchísima biodiversidad”, expresa.

El conservacionista propone que una entidad científica externa debe de intervenir paralelamente en el monitoreo y proceso de remediación de la presa, para evitar la desconfianza de la ciudadanía hacia los resultados de los análisis oficiales.

“Son casos que preocupan a la comunidad y a la opinión pública, por esa misma razón yo creo que siempre es bueno que haya una tercería o una persona que esté avalando los resultados”, dice.

El doctor sostiene que el aditivo que contiene la gasolina, el Éter Metil Terbutílico (MTBE, por sus siglas en inglés), sólo es riesgoso en los mantos acuíferos, pero no en presas y ríos, donde el producto químico se volatiliza con facilidad.

“Es mucho más grave y preocupante que llegue a ser una contaminación de fuentes subterráneas, porque ahí el MTBE prácticamente persiste”, explica.

“En presas y ríos se va volatilizando, no se degrada, pero se va perdiendo, porque es mucho más liviano que el agua”.

Este aditivo, altamente soluble y por lo tanto difícil de recuperar, se ha usado desde la década de 1980 para incrementar el octanaje de la gasolina, pero ha desatado polémica en Estados Unidos, donde varios estados de ese país han prohibido su uso.

Enkerlin-Hoeflich presidió la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de México, ha sido reconocido internacionalmente por su trabajo como científico adjunto en el Centro para la Investigación Ambiental y Conservación del Earth Institute, en la Universidad de Columbia.

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