#EscuelaRébsamen: el rescate que tiene en suspenso a una nación

Al correr de los minutos que siguieron al terremoto que sacudió a la Ciudad de México, la tarde del pasado martes 19 de septiembre, un grupo de niños de la escuela Enrique Rébsamen se convirtió en el foco de atención de las autoridades y de los medios.

A pesar de que vivimos en una era de comunicaciones avanzadas, como sucede en estos casos, las redes de telefonía móvil colapsaron y la información comenzó a circular a cuentagotas, sin embargo, en esos momentos de pánico un colegio concentró la atención de los cuerpos de rescate, era el colegio Enrique Rébsamen ubicado en la zona de Villacoapa, al sur de la capital.

“Menores atrapados en #EscuelaRébsamen”, apenas era el inicio de la tragedia, un edificio colapsado en el que quedaron atrapadas unas 100 personas, en donde 32 menores y cinco adultos murieron, en donde aún permanecen atrapados 30 niños.

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Las imágenes comenzaron a circular, videos de conmovedores rescates, los niños espantados llorando, varias decenas de personas ayudando con víveres, con sus manos, tratando de salvar a los escolares que fueron sorprendidos mientras realizaban sus actividades.

Los vecinos de la institución educativa se aprestaron a ayudar a los padres, maestros y niños, la escuela se convirtió, entonces en un emblema de la tragedia en la ciudad.

Filas de personas, gente caminando, en bicicletas y motocicletas en penumbra recorrían las calles y avenidas con el único fin de llegar a la zona del derrumbe, de ayudar a remover escombros, mujeres con comida, jóvenes con palas, conmovidos, preocupados pensando en los suyos, en sus hijos, sobrinos, hermanos, queriendo ayudar por ellos, por los que tuvieron la posibilidad de abrazar y animarse a salir a ayudar a los niños que aún están con vida atrapados entre los escombros.

La oscuridad de la noche fría, el corte de luz en la zona de Coapa, nada impidió que la ayuda fluyera, vecinos organizados por medio de redes sociales no dejaron de enviar víveres y de sumar manos, ni el cansancio ni la tristeza al encontrar dos cuerpecitos a media madrugada, nada hizo que los cuerpos de rescatistas civiles y militares cesaran en su intento por sacar con vida a las víctimas.

   

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