No hay imagen disponible

El fracaso penitenciario

Las riñas y los motines han exhibido la corrupción y el autogobierno que reinan al interior de los reclusorios del país. México atraviesa una grave crisis de inseguridad y las prisiones funcionan más como universidades del crimen que como una solución a la delincuencia

[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_mhyle72m” responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /]

Los centros de reinserción social en México son todo menos lo que su nombre indica. La situación que se vive al interior de los penales impide que estos lugares cumplan con su finalidad: castigar a quienes delinquen y generar un cambio positivo en ellos para que puedan regresar a la sociedad de donde se les removió.

Como sucede desde hace muchos años y de manera reciente se ha comprobado, las cárceles en México son un fracaso que evidencia algunos de los más graves problemas que actualmente enfrenta el país.

La violencia, la corrupción, la impunidad, la falta de preparación de los funcionarios públicos, un total incumplimiento de las leyes y las constantes violaciones a los derechos humanos son los ejemplos más claros.

Al interior de las prisiones el abuso sexual, las extorsiones, la tortura y el hacinamiento son realidades que los reclusos deben enfrentar día tras día, pues dentro de los reclusorios sólo existe una ley: la del más fuerte.

Al interior de las prisiones el abuso sexual, las extorsiones, la tortura y el hacinamiento son realidades que los reclusos deben enfrentar día tras día

La organización no gubernamental Documenta contabilizó entre enero y agosto del 2017 515 riñas, 213 agresiones a terceros, 7 homicidios de custodios y 185 asesinatos de prisioneros en las diferentes cárceles del país.

Esto quiere decir que en promedio un reo es asesinado cada 31.5 horas según el informe presentado por María Sirvent, coordinadora institucional de la ONG.

Estas cifras no toman en cuenta los acontecimientos ocurridos en el penal de Cadereyta, en el estado de Nuevo León los días 9 y 10 de octubre, donde una riña entre internos dejó un saldo de 18 personas muertas y 36 más heridos.

Tampoco se incluyen los hechos registrados el pasado 26 de octubre en el penal Neza Bordo, ubicado en el municipio de Ecatepec, Estado de México, donde a través de unos videos se dio a conocer cómo un grupo de internos controlan la vida dentro del penal torturando y abusando del resto de los prisioneros.

Un hecho similar fue revelado a principios de año cuando se demostró que en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México operaba una compleja red de criminales dedicados a realizar llamadas de extorsión y a vender droga dentro del penal.

En todos estos casos el incumplimiento de las normas se llevaban a cabo con la autorización y bajo el cobijo de las autoridades, un factor que pone al descubierto la falta de preparación de los custodios y la aplicación y veracidad de los exámenes de control de confianza que éstos, por ley, deben aprobar para poder ejercer.

Ley del más fuerte

La organización no gubernamental Documenta contabilizó en las diferentes cárceles del país, entre enero y agosto del 2017:

515
Riñas

 

213
Agresiones a terceros

 

7
Homicidios de custodios

 

185
Asesinatos de prisioneros

 

Capacitación desperdiciada

El mal manejo de las prisiones en el país no es casualidad. De acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en su último informe publicado, se dio a conocer que en el diagnóstico del programa presupuestario “Coordinación con las Instancias que Integran el Sistema Nacional de Seguridad Pública”, a cargo del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el principal problema que se busca atender en el país es la falta de capacitación de los elementos policiales y la aplicación de las evaluaciones de control confianza.

La ASF dio a conocer que a pesar de que las evaluaciones de confianza y la capacitación policial eran prioridad, el Sistema de Control Interno del SESNSP no utilizó ningún método para supervisar y mejorar la instrucción y evaluación del personal

Para atender estas necesidades, en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 se asignó un presupuesto de 386 millones 604 mil pesos con el objetivo de capacitar y evaluar a los elementos policiales.

A pesar del presupuesto asignado, un año después, la problemática continúa. En el informe de la ASF se dio a conocer que el Sistema de Control Interno del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública careció de un sistema de información que le permitiera supervisar y mejorar continuamente las actividades de capacitación y evaluación de control de confianza de los elementos de seguridad.

A un año de haber asignado un presupuesto de 386 millones 604 mil pesos para capacitar y evaluar policías la problemática continúa

El propósito del sistema es el de asegurar que las deficiencias identificadas se resuelvan con oportunidad y diligencia, así como establecer las acciones por realizar y los plazos para llevarlas a cabo.

De los 948 programas para evaluar y capacitar a los elementos policiacos, la ASF constató que sólo el 75 por ciento (715) fueron validados y registrados. Mientras que en el 24.6 por ciento (233) restantes no acreditó el cumplimiento de los elementos metodológicos establecidos en el Programa Rector de Profesionalización Vigente.

Los estados con los penales peor calificados fueron: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Ciudad de México, Coahuila, Durango, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora y Zacatecas, donde entregaron menos del 50 por ciento de los documentos comprobatorios de la capacitación que ofrecieron, por lo que no se sabe con certeza cuántos elementos de seguridad cuentan con la preparación adecuada para cumplir con sus funciones.

Custodios reprobados

A pesar de que la falta de preparación es un común denominador en todas las fuerzas de seguridad del país, el caso de los custodios es especialmente preocupante, pues los resultados de sus exámenes de confianza son peores, incluso, que los de las policías municipales.

De todos los cuerpos policiacos que presentan la Evaluación de Control de Confianza, los custodios resultaron ser los menos capacitados para llevar a cabo las tareas que se les asignan

En Guerrero, por ejemplo, únicamente el 7 por ciento del personal que trabaja en el sistema de prevención y reinserción social cuenta con una aprobación vigente que compruebe que es apto para realizar su trabajo.

El estado de Quintana Roo, cuyos penales son de los peores calificados por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por no garantizar la seguridad de los internos, no contar con estancias dignas y por sufrir graves problemas de gobernabilidad al interior de sus instituciones carcelarias cuenta con 136 empleados de los cuales solamente el 14 por ciento están capacitados.

En condiciones similares se encuentra el personal que labora en los penales de Sonora donde únicamente el 13 por ciento de los custodios cuentan con aprobación vigente. Con apenas 4 puntos por encima se encuentran las autoridades de los reclusorios en Durango. Los peores calificados resultaron ser los custodios del estado de Yucatán, donde nada más el 2 por ciento del personal es considerado apto.

Los peores calificados son los custodios del estado de Yucatán, donde sólo el 2 por ciento del personal cuenta con una certificación vigente

En el caso específico de los custodios que laboran en las entidades federativas con penales que recientemente se han visto involucrados en problemas de extorsiones, corrupción, violencia desmedida y falta de control interno como Nuevo León, Estado de México y la Ciudad de México, los exámenes de control de confianza 2017 demostraron que el personal que labora en dichos centros de readaptación social no es apto para desempeñar sus funciones.

En la Ciudad de México únicamente el 68 por ciento de los custodios que trabajan en esta entidad cuentan con aprobación vigente. En el caso de Nuevo León el 72 por ciento de los custodios están acreditados.

El Estado de México parece ser un caso especial, pues ahí el 96 por ciento del personal de seguridad que trabaja en los centros de reclusión aparecen como aprobados, sin embargo esta cifra no refleja la situación que realmente se vive al interior de los penales de esa demarcación territorial.

Tal es el caso que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos clasificó a la entidad como una de las peores en el manejo de sus centros de reclusión, ya que en nueve de las instituciones que ahí se encuentran el autogobierno al interior es lo que predomina. Además señaló al penal Neza Bordo como uno de los cinco más peligrosos del país.

Autoridades sin preparación

El año pasado, de acuerdo con los registros del SESNSP, de los 332 mil 364 elementos policiales que se encuentran en activo en toda la República sólo el 35 por ciento (117 mil 237) recibieron capacitación.

Esto significa que más del 65 por ciento de las fuerzas de seguridad que laboran en el país no están listas para cumplir con sus funciones, un hecho que claramente contribuye a la falta de justicia y confianza en las personas responsables de velar por la seguridad de la ciudadanía. La falta de preparación se vio demostrada a la hora en que se les realizaron los exámenes de confianza.

Más del 65 por ciento de los policías que se encuentran en activo en el país: estatales, custodios, municipales y de la PGR no recibieron ningún tipo de capacitación para cumplir con su trabajo

De las 133 mil 725 pruebas aplicadas, el 64.2 por ciento (85 mil 836 elementos) obtuvo la acreditación, mientras que el resultado del 35.8 por ciento (47 mil 889 elementos) se encuentra en proceso de revisión, por lo que no es posible determinar si acreditaron o no las evaluaciones.

Además del presupuesto que ya se le había asignado al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, éste también recibió la millonaria cantidad de 6 mil 999 millones de pesos del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública para las 32 entidades federativas.

Del total recibido únicamente se utilizó el 16 por ciento para capacitar y evaluar al personal de seguridad, el resto del dinero se gastó en equipamiento, modernización, tecnológía e infraestructura.

De los 6 mil 999 millones de pesos del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública, únicamente el 16 por ciento se invirtió en evaluaciones y capacitación

La situación que atraviesa México en el tema de seguridad al interior del país es preocupante, pues claramente las autoridades encargadas de velar por la seguridad de la ciudadanía no están preparadas para enfrentar los retos que se les presentan ni las tareas que les han sido confiadas.

Apenas hace unos días, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera pidió a los capitalinos estar atentos y advirtió que la CDMX se encuentra en peligro, pues la falta de adecuaciones del nuevo sistema de justicia penal, el cual ya rige todo el país, ha permitido que miles de delincuentes queden libres.

Desafortunadamente del 100 por ciento de los reos que salen de prisión, más de una cuarta parte de éstos vuelven a delinquir.

Se buscó a la Segunda Visitadora de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Montserrat Rizo, para hablar sobre el problema en los centros de reclusión de la Ciudad de México, sin embargo se negó a dar la entrevista.

Te puede interesar