Chantaje legislativo

El avance de las reformas durante este sexenio ha tenido un común denominador: el chantaje.

Las negociaciones para aprobar los grandes cambios legislativos han pasado por el condicionamiento de la oposición.

Desde que Enrique Peña Nieto tomó protesta como presidente de la República, el PAN y el PRD han aprovechado que el PRI necesita sus votos para sacar adelante los temas que le interesan.

Esto ha sucedido principalmente con el PAN, que desde el 2012 ha comprometido sus votos a favor en diferentes reformas a cambio de que sus iniciativas sean aprobadas.

Imelda García Imelda García Publicado el
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ocasiones
el PAN frenó el avance
de la reforma energética
La joya de la corona era la reforma energética, en la que se rompía el monopolio del Estado en la explotación, comercialización y transporte de petróleo y sus derivados
"El paso necesario para entrar a la discusión sobre lo que hoy se conoce como Mando Único es precisamente que haya un avance notable en la aprobación del Sistema Nacional Anticorrupción”
Roberto GilSenador por el PAN

El avance de las reformas durante este sexenio ha tenido un común denominador: el chantaje.

Las negociaciones para aprobar los grandes cambios legislativos han pasado por el condicionamiento de la oposición.

Desde que Enrique Peña Nieto tomó protesta como presidente de la República, el PAN y el PRD han aprovechado que el PRI necesita sus votos para sacar adelante los temas que le interesan.

Esto ha sucedido principalmente con el PAN, que desde el 2012 ha comprometido sus votos a favor en diferentes reformas a cambio de que sus iniciativas sean aprobadas.

En esta segunda etapa de reformas, que comenzó este año, el PAN lo ha vuelto a hacer.

Cuando el PAN se dio cuenta de lo caro que podía “vender” su voto al PRI, decidió aprovechar para sacar adelante sus propios temas.

Esto comenzó tan pronto como el sexenio. La firma del Pacto por México en diciembre del 2012,  entre las principales fuerzas políticas fue el comienzo de la aprobación para las reformas.

Meses después de que fue firmado el Pacto, en julio del 2013 el PAN hizo el primer amago: o se revisaba el dinero que se usó en las elecciones o se salían del acuerdo, antes de comenzar las negociaciones de todas las reformas.

Durante el 2013, diputados y senadores aprobaron varias reformas que se habían propuesto por el nuevo régimen: la educativa, la de telecomunicaciones, la financiera, la fiscal y otras que se encontraban en el tintero desde hace varios años, y no se habían podido concretar.

La joya de la corona era la reforma energética, en la que se rompía el monopolio del Estado en la explotación, comercialización y transporte de petróleo y sus derivados.

El PAN sabía que ésta era la reforma madre, por lo que aprovechó para sacar adelante la reforma político electoral.

En ella, buscaba –entre otros cambios- transformar el IFE en INE y modificar la estructura de los institutos electorales de los estados y centralizar su labor, para eliminar el control que los gobernadores tenían sobre ellos.

En tres ocasiones, el PAN frenó el avance de la reforma energética.

La primera ocurrió a finales del 2013, cuando se preparaba el cambio constitucional de la reforma energética; el PAN no permitió que se discutiera sin antes aprobar la reforma político electoral en la Constitución Política.

Ya cuando se discutía las leyes secundarias, el PAN nuevamente amagó al PRI que si la reforma político electoral no transitaba por los congresos locales, ellos no darían su voto para la reglamentación.

La tercera fue en el 2014, cuando se preparaba un periodo extraordinario para aprobar las leyes secundarias de la energética a cambio de que los estados armonizaran sus leyes con la federal.

Fue hasta que el PRI presionó a los congresos en los estados donde tenía mayoría, que finalmente se aprobó todo el marco legal de energía.

Otro tema en el que el PAN intentó condicionar sus votos fue la propuesta de modificación del modelo de comunicación política, que hizo el PRI ya con Manlio Fabio Beltrones.

El presidente del tricolor se pronunció por prohibir que los tiempos oficiales a los que tienen derechos los partidos políticos sean utilizados por los presidentes para su promoción.

Se refería, básicamente, a Ricardo Anaya, presidente del PAN, y a Andrés Manuel López Obrador, líder de Morena, quienes aparecen en casi todos los spots de sus partidos.

El PAN no se cerró a la posibilidad de modificar la ley electoral sobre ese tema; pero condicionó su apoyo a que se apruebe la segunda vuelta electoral, tema en el que el PRI no está de acuerdo.

Mando único por anticorrupción

El más reciente tema que ha sido secuestrado por la oposición es el del Mando Único.

Durante más de un año, el tema ha estado congelado en el Senado; el PAN se ha opuesto sistemáticamente a la medida.

El presidente Enrique Peña Nieto propuso desaparecer las policías municipales y dejar todas las tareas de seguridad en manos de los gobiernos estatales.

El PAN y el PRD –pero sobre todo Acción Nacional- se han mostrado en contra de eliminar la figura de las policías locales.

Conforme han ocurrido más hechos de violencia, tanto el Ejecutivo como los gobernadores han presionado al Congreso de la Unión para que discutan, modifiquen y aprueben el nuevo esquema de la policía.

Con esta presión encima, el PAN ha condicionado su participación en el debate a cambio de sacar adelante las leyes secundarias en materia de anticorrupción.

“El paso necesario para entrar a la discusión sobre lo que hoy se conoce como Mando Único es precisamente que haya un avance notable en la aprobación del Sistema Nacional Anticorrupción”, ha advertido Roberto Gil, senador por el PAN.

Para los panistas, es inadmisible que se pretenda aprobar el Mando Único sin tener un andamiaje fuerte contra las acciones de corrupción.

“Nosotros hemos dicho que es impensable un nuevo modelo de seguridad pública, si al mismo tiempo no se fortalece la capacidad institucional de combatir la corrupción. Buena parte de la debilidad de las instituciones policiacas en nuestro país, tiene que ver con una altísima corrupción. En consecuencia, son dos debates que van de la mano.

“No basta con simplemente resolver en manos de quién está el mando de las policías sino también hay que resolver cuáles son los incentivos a los que responde el policía en lo individual y la corporación en su conjunto y cuáles son los mecanismos que tenemos para crear antídotos contra la corrupción policial”, indicó Gil Zuarth, quien lleva el tema por parte del PAN.

Los albiazules no solo han condicionado su participación a esta legislación, sino a que la base del nuevo modelo policial sea la iniciativa que el PAN presentó en noviembre pasado.

En ella, se propone que queden en funciones los cuerpos policiacos en municipios donde se ha comprobado que tienen buenos resultados, como Guadalajara, Jalisco o Nezahualcóyotl, en el Estado de México.

Los priistas han aceptado que la iniciativa presidencial sea modificada, con tal de alcanzar los consensos.

Emilio Gamboa, coordinador de la bancada priista en el Senado, ha dicho que este mismo periodo quedará aprobado el nuevo esquema policial.

 “Sé que nos estamos acercando (a un consenso); va a haber cambios, como lo dijo el presidente, va a salir la reforma con cambios que le va a hacer el Senado de la República”, expuso Gamboa.

Ayer, senadores del PRI, PAN y PRD se reunieron para llegar a un acuerdo sobre los tiempos que deben cumplirse para tener lista esta reforma antes del 30 de abril, fecha en que concluye el periodo de sesiones.

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