Ocultismo, drogas y Rock n roll: la historia del rompecorazones Jimmy Page

Jimmy pasó a la historia como uno de los tres mejores guitarristas de rock por su trabajo en Led Zeppelin, sin embargo, su vida fuera de los escenarios merece una mención aparte

Reza el dicho que “todos los caminos llevan a Roma”, pero ¿es cierto? ¿Estaba escrito por fuerzas superiores que fuese así? ¿A eso se referían los griegos cuando hablaban sobre el Destino? No lo sabremos nunca, pero lo que sí sabemos, es que sin Jimmy Page, y los curiosos sucesos que pasaron a finales de los 70, la historia del Rock no sería la misma.

¿Qué no se ha dicho ya del fundador de Led Zeppelin? La banda que revolucionó y dejó un antes y un después en la historia de la música, es el fiel ejemplo del cliché de los rockeros, e incluso lo supera: drogas, alcohol, sexo, dinero, y el ingrediente especial, magia negra y ocultismo, un Zeppelin sin límites.

La bruma misteriosa que siempre acompañará a Led Zeppelin se hizo más densa a partir de 1975 cuando una serie de eventos increíblemente desastrosos sucedieron uno tras otro: enfermedades, accidentes, la muerte del hijo de cinco años de Robert Plant, y la del baterista John Bonham, “Bonzo”… ¿Y quién tuvo la culpa?

James Patrick Page, la leyenda de la guitarra nació el 9 de enero de 1944 en un suburbio de Middlesex, Inglaterra. Llevó una vida tranquila durante su infancia debido a que, al parecer, no tenía buenas defensas y se enfermaba a menudo.

Ni siquiera él podría imaginarse la locura que desataría un par de años después, aunque tal vez en el momento que comenzó aquel acercamiento con la música, algo, desde el fondo más oscuro y desconocido de su mente, comenzaba a hacerse presente, cuando a los 12 años emprendió el camino sin retorno y empezó a tocar la guitarra por cuenta propia, pues quería imitar los riffs rockeros del Rey, Elvis Presley, y de los bluseros Elmore James y B.B. King.

El blues y el soul fueron también parte del destino, pues muchas de las canciones más famosas de Led Zeppelin son versiones de artistas antaños, no es que las haya plagiado, digamos que Page las mejoró.

Aunque el guitarrista sí tomó algunas clases, la mayoría de sus hazañas las logró por su habilidad para tocar cualquier instrumento, solamente sabe tocar el bajo, la guitarra, el teclado, la mandolina, la armónica, y cuánto instrumento le pongan enfrente. Por si te sentías especial.

Desde los 11 años conoce a otro virtuoso de la guitarra: Jeff Beck, con quien jameaba de vez en cuando. Page continuó tocando por sí mismo la guitarra y a sus 19 años ya era un músico versátil de sesión, que había colaborado con grupos de la talla de The Who, los Kinks, Dave Berry y Donovan. Es así como conoció a un tal John Paul Jones. Después de un rato, esa vida tan monótona lo aburrió, quería más, quería tocar en vivo, quería tener una banda.

El destino continuaba su curso… Asistió con su amigo Beck a un concierto de The Yardbirds, y se enamoró totalmente, y aunque posteriormente la banda le ofreció tres veces integrarse como músico, no fue hasta el último momento que aceptó entrar, para ocuparse del bajo, pero de todos modos terminaría siendo la guitarra líder de la banda que acunó a grandes guitarristas como Beck y Eric Clapton.

The Yardbirds apaciguó por un tiempo las ganas de Page por tocar en vivo, pero un sujeto como él necesitaba más, su hambre por experimentar otros rumbos musicales, no le pareció al resto de los integrantes, y decidieron abandonar el barco y dejar a la deriva al joven y entusiasta Jimmy. Ahora necesitaba nuevos músicos.

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A través de un par de recomendaciones y ya con John Paul Jones en el bajo, reclutó a un joven de sensual voz, Robert Plant, y para rematar el cuadro, el recién llegado vocalista recomendó a un viejo amigo, a John Bonham “Bonzo”, una eminencia de la batería.

No había vuelta atrás, el cuarteto que hasta la fecha continúa deleitando generación tras generación a hambrientos de Rock, estaba formado, aunque todavía con el nombre de The New Yardbirds, salieron de gira representados por el inconfundible Peter Grant. Poco después y con un par de teorías sobre el origen del nombre, la banda se renombró como Led Zeppelin.

Page estaba loco en muchos sentidos, y con justificación de ser el productor de la banda, comenzó a experimentar dentro de las sesiones de grabación. Gracias a ello logró un sonido, en ese entonces inigualable, y marcó la música de Led Zeppelin, desde el acomodo de los instrumentos y el micrófono en diversas posiciones, hasta el tocar su guitarra con un arco de violín.

Si bien no es el guitarrista más virtuoso, sus técnicas han inspirado a otros grandes de la música como Eddie Van Halen, Steve Vai, Joe Perry hasta Slash.

Guitarras

El primer disco lo grabó con una fender telecaster que le regaló Jeff Beck cuando los dos coincidieron en The Yardbirds. No fue el primer guitarrista en utilizarla, pero fue él quien popularizó la Gibson de doble mástil. Parece que todo lo que Page tocaba, estaba destinado a brillar.

La Gibson Les Paul “número uno” es su guitarra más famosa, y se la compró Joe Walsh (The Eagles) por 1200 dólares en la gira de 1969 en Estados Unidos. Es incierto el origen de la guitarra, pues Walsh le hizo modificaciones que ocasionaron que el serial se borrase del instrumento. Durante los años siguientes Page continuaría haciéndole modificaciones a su “number one”.

Led Zeppelin II le ganó en ventas al primer material de la banda, y alcanzó el número uno en Gran Bretaña y Estados Unidos con “Whole Lotta Love”, “Heartbreaker” y “Thank You”. Con este disco su estilo musical ya estaba permeado por todas partes y la leyenda continuaba.

Heartbreaker cuenta la historia de Annie, que está de vuelta en el pueblo, pero sólo para jugar y romper corazones, el solo de la canción se encuentra en el número 16 dentro de la lista de los 500 grandes solos de guitarra de la Rolling Stone. Page se empeñó tanto en este solo, que lo grabó por separado.

A los primeros discos les había ido muy bien, así que ¿por qué preocuparse por el tercero? Page esperaba que Led Zeppelin III tuviera el mismo (o un mejor) recibimiento que los discos pasados, pero no fue así. Las críticas en contra de la banda llovían por todos lados y tanto la gente como la prensa, le rompió el corazón a Jimmy Page, pero fue para su bien.

A estas alturas los exceso de la banda ya eran de dominio público, todos tenían la fama de rockeros dementes adictos al sexo, al alcohol y a las drogas, en el caso de Page, la heroína fue su gran amor durante varios años.

Jimmy Page, el experto en marketing

Debido a las fuertes críticas hacia Led Zeppelin III, y la imagen que el mundo ya tenía de ellos, Page decidió realizar un movimiento muy arriesgado, del que Atlantic Records intentó persuadirlo sin éxito.

El guitarrista decidió lanzar el próximo disco sin título, sin nombres, sin firma, sin nada que los pudiera identificar, más que la música, pues él sostenía que eso es lo único que debería importarle al público.

Es así como nació Untitled, o Zoso, o Led Zeppelin IV, nombres que la prensa y los fans le han puesto al cuarto álbum, del que se desprenden la polémica Stairway To Heaven, Rock and Roll y Black Dog. El disco fue un éxito total.

Además de que la prensa no se daba abasto (hasta la fecha) para tratar de descifrar la portada y los símbolos de dicho álbum, fue así como creó más expectativa y aquel halo de mitos y leyendas sobre la pasión de Jimmy y de su banda hacia el ocultismo sólo se reforzaría más.

El Rompecorazones

Una parte innegable de esta historia es la vehemencia de Jimmy Page hacia el ocultismo, ni siquiera él intentó ocultarlo (¿Más marketing?), era seguidor de las doctrinas del filósofo y ocultista Aleister Crowley, cuyo trabajo más reconocido fue el Libro de la Ley, que entre otras cosas, pregonaba el poder de la voluntad como medio para conseguir lo que uno quiera.

Tanta era su devoción hacia Crowley que compró propiedades en las que “La Gran Bestia” llegó a vivir, como la que se ubica a orillas del Lago Ness, la Boleskine House, que por si fuera poco, antes de ser habitada por El Mago Negro, sucedieron asesinatos y acontecimientos sobrenaturales, según contó: “Esa casa tuvo dos o tres dueños antes de que Crowley se mudase allí.

También fue una iglesia y allí sucedieron cosas extrañas que no tenían nada que ver con Crowley. Las malas vibraciones ya estaban antes de que llegase Crowley. Un hombre fue decapitado allí, y a veces se puede oír su cabeza rodando”, relató Page en una entrevista de 1975.

Además abrió su propia librería ocultista a la que nombró “Equinox”, en la que encontrabas rarezas sobre brujería, tarot y magia negra, aunque años más tarde tuvo que cerrarla para enfocarse en su carrera y a recuperarse de su adicción a la heroína.

Cuenta la leyenda que Eddie and the Hot Rods, alteraron la imagen de su idolatrado Crowley, con unas orejas de Mickey Mouse, provocando la ira del guitarrista, que según, les hizo un trabajo de brujería y la banda fue en declive: su disquera los despidió, su manager se volvió un adicto a la heroína, y así sin más, desaparecieron.

Los rumores sobre su devoción a Satán se reforzaron aún más con la racha de mala suerte que vivió Led Zeppelin a mediados de los 70. En un viaje a la Isla de Roda, Page aprovechó para conocer la abadía de Thelema (por supuesto, obra de Mr. Crowley), Robert Plant y su esposa viajaron en auto con sus dos hijos Karac Pendra y Carmen Jane, de cinco y siete años respectivamente,y Scarlett, la hija de Page, cuando Maureen perdió el control del automóvil y chocó contra un árbol.

El accidente dejó a Plant con un codo y un tobillo fracturados, imposibilitando su andar durante seis meses, a su esposa le fue peor, pues su cráneo y pelvis se fracturaron, pero vivió. Los dos hijos de Plant tuvieron contusiones, y Scarlett, sorpresivamente, salió sin un rasguño. El incidente, sería culpa de Page por haberse ido a realizar algún tipo de ritual a la abadía de Thelema, contaron algunos.

Un par de años más tarde mientras Led Zeppelin se encontraba de gira por los Estados Unidos, Maureen alertó a su esposo sobre su pequeño Karac, quien se encontraba en muy mal estado debido a una infección estomacal. Ese mismo día, camino al hospital murió el hijo de Robert Plant. De nuevo la culpa recaía en Plan, debido a una especie de Karma por hacer tratos con el Diablo.

Harto de las especulaciones, Page declaró: “La gente que dice esas cosas no sabe de qué demonios está hablando. Y Robert no necesita oír esa clase de basura. Han ocurrido muchas cosas negativas últimamente, pero las tragedias suceden. ¿Por qué tienen que empeorarlo todo hablando de ese modo? ¿Por qué no dejan que Robert llore su pérdida en paz?”.

Después de altibajos y de fuertes rumores sobre la disolución de la agrupación, Led Zeppelin se disponía a volver a los escenarios, pero en un ensayo se le pasó la mano a Bonzo, el baterista, quien fue llevado a rastras a su habitación para que durmiera, pero ni siquiera pudo despertar cuando su cuerpo expulsó el exceso de alcohol, provocando que se ahogara con su propio vómito. De acuerdo a su autopsia, tomó lo equivalente a 40 tragos de vodka.

¿De quién fue la culpa? Las miradas estaban sobre Jimmy Page, quien le rompió el corazón a sus fans gracias a las especulaciones de la prensa, y de la misma imagen que él se forjó.

Que si fue un pacto con el Diablo para tener éxito y ser una leyenda del Rock, que si reproduces Stairway to Heaven al revés, escucharás algo así como “Hazle caso a Satanás”, que el más claro ejemplo de su devoción al ángel caído son los nada discretos símbolos del cuarto álbum de Zeppelin. ¿Quién sabe?

Page se encuentra por partida doble en el Salón de la Fama del Rock and Roll, la Rolling Stone le otorgó el puesto número tres en su conteo de los 100 guitarristas más grandes de todos los tiempos, y en 2005 fue reconocido por su labor como embajador de caridad en Brasil. Todo un estuche de monerías.

La cuestión es que Jimmy Page, el rompecorazones, dejó una impronta en el mundo del Rock, tanto para Led Zeppelin, como para lel resto del mundo; sin él, y sus excentricidades, la banda no sería el referente que es actualmente. Tremendo cuento solamente puede hacerle honor a una de las bandas más grandes del Rock and Roll, pero esa, es otra historia.

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