Abren centros para inyección de droga

Canadá combate su creciente crisis de opiáceos con una medida inusual: ofrecer a los adictos un lugar seguro donde consumir.

El gobierno ya ha autorizado la apertura de siete “puntos seguros de inyección” y está considerando otra decena en todo el país.

Los centros proporcionan a los adictos jeringuillas limpias, supervisión médica y un entorno donde no serán arrestados. No reciben ayuda para superar su problema a menos que la pidan, pero el programa reduce de forma drástica las posibilidades de una sobredosis mortal o de contagio de hepatitis o sida.

Canadá combate su creciente crisis de opiáceos con una medida inusual: ofrecer a los adictos un lugar seguro donde consumir.

El gobierno ya ha autorizado la apertura de siete “puntos seguros de inyección” y está considerando otra decena en todo el país.

Los centros proporcionan a los adictos jeringuillas limpias, supervisión médica y un entorno donde no serán arrestados. No reciben ayuda para superar su problema a menos que la pidan, pero el programa reduce de forma drástica las posibilidades de una sobredosis mortal o de contagio de hepatitis o sida.

El plan, inspirado por otros en Europa, se sigue muy de cerca en Estados Unidos, donde las autoridades están teniendo problemas para gestionar un aumento en las muertes por sobredosis de opiáceos. Varias ciudades dicen estar considerando medidas similares, pese al temor de que puedan fomentar el consumo de drogas.

Docenas de personas acuden cada día a tres nuevos centros en Montreal, donde los usuarios reciben un pequeño lote para inyectarse de forma segura las drogas que traen con ellos, y después la oportunidad de relajarse durante media hora en sofás mientras escuchan música, explicó un adicto de 30 años que sólo se identificó por su nombre, François. Los operadores del centro negaron acceso a los medios tras su apertura.

“Te dan todo lo que necesitas”, dijo François a su salida, tras inyectarse heroína.

Más centros

Una organización sin fines de lucro de Vancouver, autorizada por las autoridades sanitarias canadienses, abrió en 2003 un punto de inyección segura. El año pasado recibió 214 mil 898 visitas de 8 mil 040 personas y los enfermeros intervinieron en mil 781 sobredosis.

En esa ciudad ha abierto otro centro, y en las últimas semanas han empezado a funcionar otros dos en la Columbia Británica y tres en Montreal. El gobierno se vio instado a ampliar la cantidad de puntos ante el creciente número de muertes por sobredosis, que el año pasado batió un récord de 2 mil 400 personas.

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