A casi dos semanas de que los transportistas canadienses comenzaran a manifestar su desacuerdo con las vacunas obligatorias

Con diálogo, se espera que Justin Trudeau enfrente las protestas de los transportistas en su país

A casi dos semanas de que los transportistas canadienses comenzaran a manifestar su desacuerdo con las vacunas obligatorias, especialistas consideran que el primer ministro debe mantenerse abierto al diálogo, o de lo contrario podría afectar su figura y la de su nación

Con la bandera de Canadá atada en la parte delantera de sus tráilers o cargando carteles sobre sus manos, al menos tres mil transportistas canadienses no han dejado de protestar contra las medidas sanitarias de su país.

Fue la noche del pasado martes que los manifestantes avanzaron hasta bloquear el cruce fronterizo del lado este con Estados Unidos, deteniendo la entrada y salida de las cargas de suministros.

De ese modo, unidos al grito de “¡Libertad!”, la caravana de choferes ha pedido desde hace una semana y media, comenzando en la ciudad de Ottawa, que las vacunas contra el COVID-19 no sean obligatorias a los camioneros transfronterizos, como así se estableció desde el 15 de enero.

Con esa medida, el gobierno canadiense ha buscado prevenir a la mayoría de sus ciudadanos ante el contagio de las nuevas variantes, impidiéndole la entrada a su territorio a cualquier transportista extranjero que no haya sido inmunizado, y exigiéndole un aislamiento de 14 días a los originarios del país.

Ante las peticiones de los transportistas, el primer ministro, Justin Trudeau, ha asegurado que, aunque todos están hartos de la pandemia, en especial los trabajadores de primera línea, le debían a ellos seguir escuchando a la ciencia, apoyándose unos a otros.

Además, días antes de que se registrara el bloqueo en su frontera sur, desde la Cámara de los Comunes el ministro detalló que todos tenían el derecho a protestar y a estar en desacuerdo con su gobierno, mas no a parar la economía.

El doctor Alejandro Salgó Valencia, internacionalista de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, opina que la posición del primer ministro al tratar de entender la postura de los transportistas, y de respetar su libertad de alzar la voz, se da en primera instancia para no perjudicar su figura en materia electoral, previniéndose de unas nuevas elecciones.

“Creo que el discurso de que hay derecho a la manifestación viene de un rostro de un político asustado, porque ve que en términos electorales puede empezar a aparecer (esa molestia), y eso es algo que no quiere (…). Empieza a darse cuenta que electoralmente hablando puede efectarle y por eso decide regularse”, asegura.

Ante ese panorama, el especialista añade que el gobierno de Canadá podría comenzar a analizar el levantamiento de algunas de sus medidas sanitarias, tomando en cuenta el total de población vacunada que hasta ahora tiene registrada.

De acuerdo con la agencia de gobierno Health Canada, al 30 de enero 78.69 por ciento de los canadienses estaban totalmente inmunizados, mientras 84.02 por ciento sólo había recibido una dosis.

Por otro lado, no ha aumentado su nivel de contagios en los últimos siete días, teniendo 3 millones 148 mil 878 casos hasta este miércoles, así como 34 mil 969 muertes.

Al cierre de esta edición, sólo se había dado a conocer que el gobierno de Quebec, al norte de Ottawa, decidió comenzar a levantar sus restricciones sanitarias a partir del 12 de febrero, permitiendo el cien del aforo en los lugares públicos, y dándole fin al teletrabajo obligatorio, entre otras autorizaciones.

En busca de diálogo con transportistas

Antes de que se registraran las protestas en la frontera sur de Canadá, miembros de la también llamada “Caravana de la Libertad” se mostraron abiertos a dialogar con el gobierno federal, a fin de encontrar una solución en conjunto.

“Lo que intentamos hacer ahora es ponernos en contacto con todas las partes a nivel federal para poder organizar una reunión. Ver cómo podemos avanzar, hacer que levanten sus restricciones y mandatos, y restaurar los derechos y libertades de los canadienses”, dijo la protestante Tamara Lich, durante un evento transmitido en redes sociales.

Ayer por la mañana, fue la Policía de Windsor, ubicada al sur del país norteamericano, que alentó a los organizadores de las manifestaciones a mantener una comunicación abierta y personal con ellos, a través de un “enfoque razonado y moderado para llegar a una resolución pacífica”.

Es con este tipo de medidas que el gobierno canadiense debe mantenerse, o de lo contrario podría reflejar un régimen dictatorial, de acuerdo con el doctor Salgó Valencia.

“En estos momentos vamos a ver de qué está hecho Canadá. Si hay un diálogo, definitivamente podemos decir que hay una esperanza hacia un crecimiento de la democracia. Si no lo hay, entonces estamos viviendo una transición del mundo occidental hacia regímenes cada vez más impositivos y dictatoriales”, comparte.

Bajo esa línea, se espera en el corto plazo la administración del primer ministro, Justin Trudeau, organice un foro o una mesa de diálogo para escuchar las inconformidades de sus ciudadanos, y sólo así evitar una mayor crisis económica con la detención de las cadenas de suministro, lo que finalmente podría perjudicar su economía a nivel nacional.

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