Musical Marvels of Saudi Arabia recorre diversas ciudades del mundo para difundir el patrimonio artístico y cultural del país asiático. Foto: Especial

Así se vivió la unión musical entre Arabia Saudita y México en el Auditorio Nacional

La Orquesta y el Coro Nacional Saudita, junto con la Orquesta Escuela Carlos Chávez, se unieron ayer en el Auditorio Nacional para interpretar Musical Marvels of Saudi Arabia

Pasaron siglos de historia, mezclas de etnias y el contacto de las tradiciones musicales de Siria, Mesopotamia y Persia, para que al día de hoy la gente pueda disfrutar de la actual música árabe, misma que ha evolucionado, pero cuyo origen sigue siendo mismo: el poder mostrar el canto de poéticas y la unión de las bellas artes.

La noche del martes se hizo historia con el programa titulado Musical Marvels of Saudi Arabia. Una vez más, la muestra de que la música, por más cliché que suene, une fronteras, sin importar qué idioma se hable, siempre será el puente de las más bellas expresiones humanas: la capacidad de crear sonoridades.

El público fue testigo de la unión entre dos continentes, por un lado, de Asia, La Orquesta y el Coro Nacional Saudita, y de América, La Orquesta Escuela Carlos Chávez y El Mariachi del Ballet Folclórico de Amalia Hernández, que por primera vez estuvieron juntas en el Auditorio Nacional.

La Orquesta de Arabia Saudita se destacó al mostrar el sonido de sus instrumentos tradicionales como darbouka (tambor); laúd (guitarra de cinco cuerdas), qanun (instrumento con anillos metálicos de 72 cuerdas triples)

El sentimiento era el mismo: expectativa, emoción y anhelo. Algunas personas llegaron por casualidad o por alguna invitación de sus familiares, como el caso de la señora Luz María Sánchez Meza, quien se interesó por ser fan de la música de Carlos Chávez.

“Mi expectativa es que hay una combinación de dos entidades que van a armonizar. Mis hijos son bailarines y siempre estamos buscando eventos donde haya innovación, vengo para sorprenderme y ver cómo ha evolucionado la música”, dijo a Reporte Índigo, momentos antes de que empezara el concierto, el cual inició a las 20:30 horas

Una noche de gala

Ante invitados especiales como mil 200 niñas y niños del programa Semilleros Creativos de México, embajadores musulmanes y el director general de la Comisión de Teatro y Artes Escénicas de Arabia Saudita, Sultan Al-Bazie, arrancó Musical Marvels of Saudi Arabia, evento que duró dos horas.

Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura Federal, agradeció esta unión, que es resultado “de la revolución pacífica y de las conciencias”.

“La cultura logra imposibles: unir naciones que se encuentran muy lejanas. Hace un año en la reunión histórica de 193 países Mundiacult, se habló que la cultura es el camino para la paz y que tiene la capacidad de unir pueblos en un momento donde hay muchas confrontaciones a nivel nacional. La humanidad está unida a las raíces y si hay una nación que ha sido solidaria fue Arabia Saudita”
Alejandra Frausto GuerreroSecretaria de Cultura Federal

El programa se dividió en cuatro tiempos. En el primero, salieron el Coro y Orquesta de Arabia Saudita, quienes unieron su capacidad sonora al interpretar “Cielito lindo”; y en el segundo, la soprano Remaz Oqbi y el pianista acompañante Ángel Gabriel López López interpretaron “O Mio Babbino”, de G. Puccini; “Bésame Mucho”, de Consuelo Velázquez, y “O Sole Mio”, de Neapolitan.

La Orquesta, integrada por más de 30 músicos provenientes de diferentes regiones del territorio saudí, todos hombres, portaron la vestimenta tradicional abaya, consiste en una túnica blanca suelta que llega hasta los pies que se complementa con la hiyab, una bufanda con cuadros blancos y rojos que cubre la cabeza de manera que solo el rostro queda visible.

El Coro de Arabia Saudita estuvo conformado por 20 hombres y 18 mujeres, quienes portaron también un abaya, pero color negro con decoraciones color dorado. Juntos se encargaron de abrir la noche con temas clásicos de la cultura árabe.

Se interpretaron temas como “Al-Marwatain”, por el artista Tariq Abdulhakim; “Da Gharamak”, pieza del Arte de Al-Yanbuawi y “Sattal Janaha”, pieza cantada por el artista Mohamad Abdo.

En cada canción sale un grupo de bailarines, todos hombres, en donde además de mostrar su poesía, luce la fuerza y la historia de sus danzas y tradiciones. También se realizó un cambio de vestuario y en algunas piezas, el cuerpo de bailarines salió con arcos de violines y en otras con cimitarras, un sable con una hoja curva larga.

En el tercer tiempo, La Orquesta Escuela Carlos Chávez, bajo la batuta del director Roberto Rentería interpretó “Danzón No. 2”, composición musical de Arturo Márquez Navarro.

Por último, “la cereza del pastel”, y el momento más esperado de la noche fue cuando todas y todos se unieron para tocar un popurrí de música de Arabia Saudita.

La música folclórica árabe, que se caracteriza por ser diversa y compleja, al combinar tonos, ritmos y melodías con poesía, percusión y bailes se unió al cuerpo orquestal mexicano, integrado por su mayoría de jóvenes entre 20 y 30 años. Sabiduría, grandeza, color y espiritualidad unidas en un solo escenario.

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