Heriberto Treviño tomó protesta como el nuevo dirigente del PRI de Nuevo León

Redes de poder MTY: Festejo de Heriberto Treviño desangelado y se enredan por sanción

Heriberto Treviño tomó protesta como el nuevo dirigente del PRI de Nuevo León, en una celebración desangelada, sólo con unos cuantos priistas, a pesar de que Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional tricolor, sí estuvo presente. Pero muchos de los liderazgos estatales le hicieron el vacío al exalcalde de Juárez. La realidad es que muy pocos […]

Heriberto Treviño tomó protesta como el nuevo dirigente del PRI de Nuevo León, en una celebración desangelada, sólo con unos cuantos priistas, a pesar de que Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional tricolor, sí estuvo presente. Pero muchos de los liderazgos estatales le hicieron el vacío al exalcalde de Juárez.

La realidad es que muy pocos militantes de la base priista acompañaron al dirigente, ni qué decir de exgobernadores como Natividad González Parás, Sócrates Rizzo o Benjamín Clariond, quienes brillaron por su ausencia.

Ya ni siquiera en redes sociales se acordaron de Treviño, pues tampoco se observaron las clásicas felicitaciones por otros miembros importantes del partido, como Abel Guerra, Ildefonso Guajardo o César Garza, sólo por mencionar algunos de la larga lista de militantes destacados en la entidad norteña.

Es más que evidente que existe una fractura, que Heriberto Treviño no logró aterrizar una operación cicatriz eficiente, que no tuvo capacidad negociar con otros grupos en cuanto a las posiciones rumbo a la sucesión de 2021 y, sobre todo, no pudo sacudirse la sombra alargada del padrinazgo de Rodrigo Medina, cuyo grupo se apresta para quedarse con las candidaturas más importantes de la entidad, con todo lo que eso implica.

Se espera, por otro lado, que la posición de Claudia Escamilla como secretaria general del PRI en el estado no sea sólo un requisito para cumplir el requisito de paridad, tal como ocurrió con su antecesora Lorena de la Garza.

Se enredan por sanción

Tal pareciera que pesa una maldición que no permite que se determine la sanción en contra del gobernador, Jaime Rodríguez Calderón y el secretario General de Gobierno, Manuel González por el escándalo de las broncofirmas.

Y lo cierto es que ninguno de los actores políticos involucrados en esta tragicomedia sale bien librado. Sobre todo el gobierno estatal que, de malas formas, clausuró el Congreso, sospechosamente unas horas antes de que se volviera a discutir la sanción, para presuntamente evitar contagios por COVID-19.

Pero tampoco los diputados locales que ya han tenido más de una oportunidad de determinar el castigo y que también pudieron rebelarse contra la arbitrariedad de la Secretaría de Salud.

Todos siguen politizando el tema. La administración ahora argumenta que los legisladores pueden sesionar en una sede alterna, los diputados ahora insisten en sesionar en la explanada del Congreso y algunos otros quieren aprovechar para sacar raja política. Y mientras tanto, “El Bronco” y Manuel impunes.

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