No hay otras palabras así de cortitas, pero enormes para describir a este fuera de serie, a este tenista que ya tiene asegurado su sitio (pero sin duda) en el olimpo del tenis al lado de los 10 más grandes de toda la historia y por allá estará peleando el Top 5. Ahí está Rafael Nadal.
¿Qué mueve a este tenista, pero mejor persona, para seguirse manteniendo vigente en el tenis y, sobre todo, en los rankings? Él decía al principio de la temporada que recuperar el número 1 ya no le interesaba, es a seguir jugando y disfrutando el tenis.
La mayoría de los tenistas, estoy hablando de la generación anterior a Rafael Nadal (la de Roger Federer, que también se ha reinventado, Djokovic para allá va; Andy Murray, el mismo Wawrinka) al llegar a los 30 años es como la culminación de su carrera, Bjön Borg se retiró campeonísimo a los 27, por ejemplo.
Pero hoy las posibilidades, el acondicionamiento físico, la nutrición, los avances, en fin, la tecnología de las raquetas, muchas cosas han hecho que hoy los tenistas sean más atletas, que alcancen más nivel, pero esto no es una explicación o justificación para decirlo que de todos modos Nadal lo hubiera conseguido.
La forma en que le gana a Stanislas Wawrinka en la final de Roland Garros de este domingo, después que no perdió sino 35 games en siete partidos que jugó en Roland Garros, esto quiere decir que nadie le ganó ni un set tampoco, ganó invicto el Abierto de Francia, en 10 años ha jugado 81 partidos ahí y sólo ha perdido 2, por si fuera poco. Sus cábalas, eso que hace antes de sacar, y luego en esta ocasión que su número favorito es el 9 y que dice “sí, pero en Roland Garros es el 10”, y luego en el palco que siempre le toca a su familia desde hace más de 10 años, hoy tuvieron qué desplazarse porque le tocó a la familia y a los entrenadores de Wawrinka porque estaba mejor ubicado en el ranking.
Por otro lado amanece hoy como número 2 del mundo y esto es una consecuencia, no una finalidad y, si me apura un poco, con lo mal que va la temporada para Andy Murray podría ser pronto después de Wimbledon el número 1, insisto, sin buscarlo; 15 Grand Slams en su carrera, sólo Roger Federer tiene 18, sumados estos 10 de Francia; 30 triunfos en Masters, 4 Copa Davis, incluso estando muy cansado.
En Río 2016 tiene que reinventar cuando pierde en Semifinales con Juan Martín del Potro y después va por la medalla de oro en dobles y luego acabó agotado la temporada, cerca de 10 meses para recuperarse de la muñeca y el cambio que hizo su tío Tony Nadal, que es su entrenador y mentor desde los 3 años de edad, le habla a su gran amigo Carlos Moyá y éste trae toda esa experiencia, le cambian la raqueta, prueban muchas y encuentran una que tiene más peso en la cabeza y por lo tanto hay que aprender a usarla, sobre todo en muñequear, que es donde ha estado mal.
Todo esto que le platico es parte de esta reinvención del tenista, pero como ser humano es extraordinario, su fundación, su familia, nunca escándalos, ¿se acuerdan de la Primer Ministro, entonces de Francia, el año pasado que se atrevió a sugerir que el cuerpo de Rafa Nadal y que su retiro de las canchas no era por lesiones, sino por utilizar sustancias prohibidas? Le llegó la demanda y ahora tendrá que enfrentarla.
Este es, pues, Rafael Nadal. ¿Cuánto queda para él por delante? Sólo él lo sabe. ¿Cuánto queda para Roger Federer? Sólo él lo sabe también. La idea es que se encontraran en Wimbledon en la última de las instancias, pero por lo pronto hoy Rafa Nadal está, no sólo en el olimpo del tenis porque ahí ya estaba, está mucho más allá de lo quisiéramos suponer y solamente hay dos palabras para describirlo: no es el “Rey de Francia”, es el Gran Rafa Nadal.
