Prendió la chispa

Lo que no lograron hacer los candidatos opositores a Peña Nieto en el debate, según los expertos y las encuestas, lo hicieron un grupo de jóvenes valientes en la Ibero.

Una universidad privada en pleno Santa Fe, la zona financiera, corporativa y comercial más moderna y exclusiva de la Ciudad de México. Un lugar “de derecha”,  dirían los que se esmeran en seguir viendo la vida en blanco y negro.

Santiago Pando Santiago Pando Publicado el
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Lo que no lograron hacer los candidatos opositores a Peña Nieto en el debate, según los expertos y las encuestas, lo hicieron un grupo de jóvenes valientes en la Ibero.

Una universidad privada en pleno Santa Fe, la zona financiera, corporativa y comercial más moderna y exclusiva de la Ciudad de México. Un lugar “de derecha”,  dirían los que se esmeran en seguir viendo la vida en blanco y negro.

El hecho, innegable ya, es que el impulso honesto y creativo de estos estudiantes universitarios, prendió la chispa que puso en marcha el despertar masivo de consciencia en mayo, del tan anunciado año 2012.

El suceso de la Ibero -viernes negro de Peña Nieto le llaman algunos- no hubiera pasado a mayores si no fuera por las redes y la tecnología, premonición del inmortal Carlos Fuentes.

Decenas de videos de documentalistas anónimos, inundaron las redes al momento mismo que el evento sucedía. Los medios tradicionales no pudieron ocultarlo, ni minimizarlo.

Una verdad incómoda se contagiaba a la velocidad del Twitter. La realidad apagada por la tele, hasta entonces, empezó a resonar en la red hasta convertirse en trend topic mundial.

Es un hecho real: las redes sociales ya le ganaron las vencidas al ruido de la tele.

Y mientras los voceros de la razón institucional argumentaban, mañana, tarde y noche, que era casi imposible que el candidato del PRI perdiera su gran ventaja, supuestamente inalcanzable, un puñado de chavitos poca madre y con el corazón en la mano, decidieron desobedecer las órdenes dictadas por López Dóriga, desde Televisa Chapultepec, para darle un giro de 180 grados a la elección presidencial: de burda telenovela a verdadera gesta.

Digamos que se levantaron de la mesa de análisis de Tercer Grado para abrir la compuerta de la realidad, en 360 grados.

Seguir los latidos comunes, y pensar más en la unidad que en los partidos, ha sido su única y efectiva estrategia, que por cierto, ya rebasó con creces a las estrategias de los cuartos de guerra de los propios candidatos opositores al PRI.

Pareciera que los jóvenes comprendieron algo que ciertos adultos atrapados en sus viejas posturas se niegan a ver: unidos como una red somos mucho más poderosos que divididos por las razones ideológicas que sean.

Para qué conformarse en pensar sólo en amarillo, azul o rojo, si tenemos en nuestras manos el arco iris completo: la paleta de colores de todas las posibilidades.

Hoy la elección final, la decisiva, está en las redes, no en la tele ni en los partidos.

Prueba de ello son las marchas detonadas, a través de las redes, a partir del acontecimiento ya casi histórico de la Ibero. Se movió el tablero de ajedrez porque la partida cambió de cancha: no es político el juego, sino ciudadano.

Los partidos políticos son conservadores por obediencia, la red ciudadana es transformadora por naturaleza. Por algún misterioso motivo, a los ciudadanos libres se nos da mejor la multiplicación que las divisiones.

Con las sumas armamos la fiesta y el desmadre, las restas nos dan dolores de cabeza que invariablemente terminan en crudas recurrentes cada sexenio.

Privilegiar lo que nos une, parece ser el mensaje que nos mandan los chicos de la Ibero, para encender la chispa de luz, en el México telúrico del 2012.

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