Aunque parezca difícil de creer, el partido nacido en Agualeguas se dice puro. Cómo explica que Mario Di Costanzo, el de los golpes de pecho financiero de la izquierda, ahora cobra como un tricolor más. Aunque guarda silencio en el asunto FICREA, las raíces siguen llevando a insospechados lugares que involucran a personalidades de la banca, de los gobiernos locales y hasta del poder judicial. Pero el vocero de las ocurrencias de ese partido, no dudo en cambiar de principios.
La cámara de compensación de favores que opera Di Constanzo desde la Condusef, hace difícil la tarea de los supervisores bancarios y deja claro que todo es negociable. Eso sí pinta a ese partido, no personas pagadas que se aborregan en mensajes comerciales disfrazados de propaganda electoral levantando el puño izquierdo.
Los dirigentes del PT son tan sempiternos, como cualquier dinosaurio de los que una y otra vez aparecen en las criticadas listas plurinominales.
Dice Escobar que estamos peor que en Cuba, cuando las propuestas de su partido no pasan de la más rastrera politiquería y demagogia. ¿Es importante que no se maltrate a los animales? ¿Que no se contamine y se resarza el daño causado? Claro, pero no son las grandes decisiones de Estado que justifiquen la costosa estructura que el pueblo de México les paga. Las cuotas en las escuelas eran ilegales antes de su propuesta.
Sus votos no hacen la diferencia y son parte de una estrategia para generar la apariencia de más opciones políticas, cuando en realidad son los custodios de las lista “b”, para aquellos que no son de primera división.
Ahora dirán que quién critique sus logros es anti-ecológico, cuando la realidad es que sus resultados no dan más que para hablar de la labor de unas cuantas horas. No justifican más de una curul y no legitiman la costosa campaña que ofende a un país con más de la mitad de pobres, por los que no hacen nada.
Los balones que les pasan para sostener forzadamente su existencia, tienen que ser propalados por actores pagados, dado que carecen de personalidades que cuenten con autoridad moral en su haber frente a la población.
Sus líderes, involucrados con opinable manejo de dinero, seguro tendrían el descaro de salir a ostentarse como dignos merecedores de los cargos en que cobran, pero no habría quien les crea, por eso mezclan la política con la farándula, a fin de cuentas hablan en pesos y centavos el mismo idioma.
Pero los del PT, ni a logros pírricos llegan, ya que su función de relleno no justifica que les cuelguen milagros, y sólo viven de una bandera que sus dueños confunden con el charrismo sindical, por eso, Di Costanzo es el más claro ejemplo de lo que sobra en la política nacional, aunque tenga nuevos amigos, granjeados mediante el silencio oportuno, el voto ausente y la venta de principios de los partidos que abanderaba.
Más partidos no es más democracia, ni el pescar inmerecidos huesos limpia, ni purga, el gatopardismo, que hoy es cómplice del tráfico de perdones en el asunto FICREA.
Pero Elba, también es turquesa.