Pedían demasiado

¿Para qué fingir? A Madero lo puso el PRI. A los presidentes de las mesas directivas de ambas cámaras también. La desesperación que ha hecho presa de la base de ambos partidos de oposición, queda manifiesta en las declaraciones erráticas; en el obrar incapaz de unificar, y en el balbuceo de propuestas que ya ni siquiera los medios toman en cuenta.

Gabriel Reyes Orona Gabriel Reyes Orona Publicado el
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¿Para qué fingir? A Madero lo puso el PRI. A los presidentes de las mesas directivas de ambas cámaras también. La desesperación que ha hecho presa de la base de ambos partidos de oposición, queda manifiesta en las declaraciones erráticas; en el obrar incapaz de unificar, y en el balbuceo de propuestas que ya ni siquiera los medios toman en cuenta.

Dadas las billetizas inclementes que han sufrido los autonombrados líderes de las fracciones opositoras, han tenido que recurrir a arengas incendiarias contra históricos molinos de viento, que ya no convencen a las jóvenes huestes que militan en los partidos que ofrecían renovación de la clase política.

Al pobre Maderito habrá que recordarle que son robadas las ideas que dice le prestaron al PRI, así es, ya no recuerda como gemían por propuestas cuando eran gobierno, ni tampoco recuerda que él y sus compinches se dedicaron a decir que eran propias propuestas que compraron y jamás pagaron.

Los legisladores panistas suelen pregonar ideas que son incapaces de exponer coherentemente porque simple y sencillamente las escuchaban de expertos, provenientes del pasado tricolor, a quienes dejaban afuera de los recintos en que se daban las discusiones parlamentarias. 

Su incapacidad para convencer y procesar reformas se debe a que las filas del panismo militan abogados que arreglan problemas que no existen y que se encargan de inventar, para tener oportunidad de recibir favores desde las posiciones de poder.

Sí, expertos civilistas y mercantilistas, que de derecho público, lo único que saben es como conseguir que se nombre a sus incondicionales en la CNDH, en el Consejo de la Judicatura, o hasta en el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, única oportunidad real que tienen para ganar pleitos multimillonarios que suelen arreglarse a telefonazos desde algún escritorio oficial demandante de aprobaciones legislativas.

Tan sólo recuerde, hasta donde la memoria le dé, qué priísta acusado por corrupción o malos manejos no contó con a alguno de esos “abogados” albicelestes, desde Romero, pasando por Elba Esther y llegando a cualquiera que ocupara primeras planas. Qué decir de los nuevos ricos de la Estela de Luz, de los de Oceanografía o de aquellos que embozados en la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, se llevaron en el gabán la fibra óptica. 

Decía aquel dipsómano, oscuro michoacano, que le pedían mucho los priistas para aprobar reformas, y en efecto fue así, le pedían que se mantuviera dos tardes seguidas sobrio, que se hiciera de un gabinete serio,y que los escándalos de alcoba no le robaran la mitad de su jornada.

Llegaron al extremo absurdo de solicitarle iniciativas surgidas de su panista legión, aunque fuera de las que robaba a través de sus secretarios o directores de paraestatales, pero todo fue en vano, su sexenio comenzó mal y terminó peor.

¿Acaso creerá Maderito que se manda solo? No le vaya a pasar como al monaguillo que tenía un cordelito amarrado a pudendas partes que en cuanto se pasaba le daban un tirón.

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