Mauro Guerra, quien busca la reelección en el distrito 9, renunció a su cargo de presidente de la Mesa Directiva del Congreso local. Foto: Especial

Redes de Poder MTY: La renuncia de Mauro y no entregan cuentas públicas

Ricardo Canavati quedó como presidente de la mesa directiva del Congreso de Nuevo León, una jugada que no deja de levantar sospechas

El diputado local del PAN, Mauro Guerra, quien busca la reelección en el distrito 9 con sede en San Nicolás, renunció a su cargo de presidente de la Mesa Directiva del Congreso local, según dijo, para que no se preste a malas interpretaciones.

Y es que, para como está el ambiente político y la serie de acusaciones y denuncias en este proceso electoral, pareciera que Guerra busca evitar ser blanco de críticas por un uso indebido de su cargo como presidente del Poder Legislativo.

Esto podría significar que existe la posibilidad de que se esté fraguando algo en el Congreso local, lo que podría derivar en alguna acusación de utilizar el Congreso o en complicaciones para su proyecto de reelección.

Tras la renuncia de Guerra, es el diputado del PRI, Ricardo Canavati, quien quedó como presidente, pues no participará en este proceso electoral; una jugada que no deja de levantar sospechas.

Veremos en este mes si existe alguna aprobación de las pendientes que están acumuladas, especialmente respecto a los juicios políticos en contra de integrantes de MC.

No entregan cuentas públicas

Un total de seis municipios no entregaron sus cuentas públicas 2023 a la Auditoría Superior del Estado. Pareciera que a los alcaldes de estas localidades no les interesa la rendición de cuentas.

Los alcaldes tenían como fecha límite el pasado 31 de marzo para entregar el informe, no solo de la situación financiera de sus municipios, sino para detallar en qué se gastaron los recursos públicos, algo que debería ser considerado como una falta grave.

En caso de que las administraciones de municipios tales como Los Aldama, Iturbide, Zaragoza, Cerralvo, General Zuazua y Ciénega de Flores, no sufran las consecuencias de su actuar, ello constituirá una falta de respeto a la ciudadanía.

Lo que llama mucho la atención es la tranquilidad con la que los alcaldes decidieron no entregar las cuentas públicas a la Auditoría.

Esto abre la puerta que quizás los ediles y sus equipos jurídicos encontraron la forma de evadir la obligación de informar acerca del gasto público, porque de otra manera, no se puede entender esta actitud de no rendir cuentas.

¿Qué esconden?

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